Diario de León

CRÉMER CONTRA CRÉMER

El enigma español

Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

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MUCHOS SON LOS ENIGMAS que ocultan la realidad de España, diga lo que quiera el portavoz oficial que, sin duda, está preparado para repetir el discurso del que manda. Pero corresponde a los lectores comunes, a los electores mínimos, a gente de barrio intentar, con la mejor voluntad si es posible, averiguar cuáles son los misterios que se ocultan detrás o debajo de algunos de los principios que se establecen en la Crónica oficial. Porque, diríamos, por ejemplo, es un decir: se asegura que nuestros índices de precios resultan más asequibles a la capacidad del consumidor español que al francés, al alemán, o al sueco. O a qué puede obedecer que se registre en las estadísticas siempre la misma retórica numérica que asegura la victoria electoral de este o del otro grupo político, cuando en la aldea en la que vives se piense precisamente todo lo contrario; o cuando menos un resultado distinto o alejado de las cifras lanzadas por los portavoces oficiales. Es algo parecido a lo que nos sucede a cuantos andamos por estos pagos, cada día más difíciles y más inseguros: Nos repetimos los ciudadanos, sin atrevernos a convertir nuestras dudas en protesta: ¿Cómo se puede mantener la afirmación gubernativa de que los españoles mantenemos unos niveles superiores de vida en relación con muchos o con todos los demás pueblos de la Europa incómoda, cuando es notorio que España mantiene con singular rigor la tasa de vida más cara de Europa (entendiendo este resultado adverso como contraste de la capacidad adquisitiva de los unos y de los otros). ¿Por qué, nos decimos nosotros, nuestras crónicas resultan difícilmente legibles si lo que decimos son las cosas claras que se comentan entre vecinos, observando la incongruencia, confusionismo y el desconcierto que resulta la lectura de lo publicado. ¿Cómo puede sostenerse y en qué fundamentos se apoya la información que nos asegura que en España se está produciendo el fenómeno social de la separación sentimental o divorcio en lenguaje legal, a causa de la inconsistencia de la preparación doctrinal de los contrayentes? ¿Por qué nos obstinamos en mantener la supeditación de la sociedad civil a las decisiones de la Santa Madre Iglesia en materia civil, si España es acatólica, libre de interpretar y aplicar la ley de Dios y de los hombres, sin necesidad de abjurar de nada ni de negar a nadie? El enigma español adquiere razón de ser, cuando el gobierno llama a las urnas a los fieles. Entonces se produce la confusión babélica de las doctrinas y consecuentemente el resultado suele ser alarmante. Recordamos aquella parábola civil que decía: «Gritaron los unos: ¡A las urnas! Y entendieron los demás: ¡A las armas! Y en esas o en otras parecidas estamos. Nos encontramos precisamente en tiempos de pelea y ha de cuidarse de no usar de armas prohibidas ni entorpecer la vida general, confundiendo el lenguaje.

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