La sonda Phoenix buscará agua en el polo norte de Marte desde el 2008
Lleva viajando por el espacio desde hace un mes y, tras un viaje cercano a 700 millones de kilómetros, se calcula que la sonda Phoenix llegue a Marte en mayo del año 2008. Su misión, que durará tres meses y ha supuesto una inversión superior a 300 millones de euros, será asentarse en la superficie del polo norte marciano y encontrar hielo, que se calcula está a apenas diez centímetros de profundidad. Se trata del primer intento de tocar agua marciana y su destino es el más septentrional de los elegidos para las naves que se han posado con éxito en ese planeta ya que el sitio elegido es un amplio valle situado a una latitud equivalente a la del extremo norte de Alaska. Aunque no está preparada para detectar directamente la presencia pasada o presente de vida en el subsuelo marciano, Phoenix está dotada de cámaras, un brazo articulado capaz de cavar hasta un metro de profundidad y sofisticados instrumentos como un espectrómetro de masas, un horno para calentar las muestras, un microscopio atómico y una pequeña estación meteorológica con los que tratará de analizar la composición química del permafrost (suelo permanentemente helado) de las regiones árticas, encontrar moléculas de carbono e hidrógeno (elementos necesarios para la vida) y otros componentes químicos para determinar si la vida es o fue posible en ese planeta. Podrá, además, observar materiales hasta mil veces más finos que un cabello humano y analizar el aire de Marte hasta los 20 kilómetros de altura. A pesar de que en la actualidad Marte es un mundo frío y seco, los científicos están convencidos de que fue muy húmedo en algún momento de su historia y tuvo un enorme océano. Se cree que en el pasado el agua fluyó abundantemente por su superficie y pudieron darse las condiciones idóneas para la vida. Aunque se desconoce dónde ha podido ir a parar toda ese agua, sospechan que gran parte de ella está en forma de hielo. Ya en el año 2002 la sonda Mars Odyssey Orbiter detectó vastas extensiones, incluidas las planicies árticas, con agua con gelada a menos de un metro de profundidad.