Diario de León

Esta alteración está provocada por la activación de zonas cerebrales adyacentes

La sinestesia: cuando los sonidos se ven y los colores pueden saborearse

Su estudio ayudará a explicar las bases neurológicas de la metáfora y del lenguaje

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M. García - león
León

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¿Es capaz de ver colores mientras escucha música? ¿Experimenta la sensación de tacto de ciertas formas cuando consume algunos alimentos? ¿Percibe la A de color azul, la S de color rojo o la M de color verde? Si usted tiene estas u otras alteraciones de las percepciones, entonces es sinestésico, una condición peculiar que afecta a una de cada 2.000 personas. Hasta ahora, se creía que se trataba únicamente de un caso estadístico poco digno de ser estudiado por los científicos. Sin embargo, recientes estudios realizados con imágenes obtenidas por resonancia magnética sugieren que la sinestesia es producida por la activación «cruzada» entre distintas zonas cerebrales adyacentes involucradas en la percepción de formas y colores. Con el fin de determinar si los pacientes veían colores mientras observaban letras y números o escuchaban música, el científico Edward Hubbard realizó un experimento consistente en presentarles patrones de letras o números de color negro impresos sobre un fondo blanco, llamados grafemas. A continuación escogieron aquellos que señalaron como responsables de hacerles ver colores donde no existen y los mezclaron entre muchos otros. Los pacientes los ubicaron rápidamente y sin ningún problema. Al someterlos a escáneres cerebrales elaborados por resonancia magnética encontró que mostraban una mayor actividad en las regiones asociadas con la percepción de colores ante la presencia de ciertos grafemas. Estudios posteriores han confirmado que cuando las personas normales ven números y letras se activan zonas del cerebro asociadas al procesamiento de las formas. Si se trata de sinestésicos se activa, además, el área V4 del cerebro, relacionada con la percepción del color. Según los expertos, es posible que estas personas tengan más conexiones y que exista más comunicación entre las zonas adyacentes. La asociación entre tacto y sabores puede estar relacionada por el cruce entre la ínsula (una zona de la corteza) y una región contigua que controla el tacto con las manos. Base genética Los científicos buscan respuesta al hecho de por qué sólo un pequeño porcentaje de personas son sinestésicas. Algunas teorías defienden que existe una base genética (casi la mitad de los afectados tienen un pariente de primer grado que también la padece), otras que está relacionada con un gen dominante del cromosoma X transmitido por la madre (explicaría la mayor prevalencia entre las mujeres), o que las conexiones neuronales extra que tenemos al nacer permanecen activas y no desaparecen a medida que las áreas cerebrales van especializándose. Según se afirma en un artículo de la revista Muy , el estudio de la sinestesia es una puerta abierta que ayudará a comprender mejor la percepción y la conciencia y a explicar las bases neurológicas de la metáfora y del lenguaje. Recientes investigaciones sugieren que la capacidad para asociar sonidos y representaciones de objetos fue la semilla para desarrollar el lenguaje y el pensamiento abstracto y simbólico. Alicia Calleja, investigadora de la Universidad de Granada, asegura en esa publicación que con la tecnología actual podrían plantearse sistemas personales portátiles que tradujeran longitudes de onda a frecuencias de onda sonora, o que asociaran sonidos y fragancias, y considera que un simulador de la experiencia sinestésica podría tener gran aceptación entre el público. Lo que está claro es que no todos percibimos el mundo de igual forma. Para muchos sinestésicos se trata de una bendición y para otros de un tormento.

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