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Cansancio, insomnio, falta de apetito, irritabilidad o náuseas son algunos de los síntomas

Un 35% de los trabajadores sufren el «síndrome postvacacional»

Este malestar suele afectar más a las mujeres y en especial a las de menos de 45 años

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T. Fernández - león
León

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En una reciente encuesta realizada por Alta Gestión, compañía de recursos humanos, se recoge que el 71% de los trabajadores asegura tener dificultades a la hora de reincorporarse a la actividad laboral después de las vacaciones estivales. Además, un 46% reconocen sentirse deprimidos en esta época del año siendo la vuelta a la rutina diaria, ajustarse al horario laboral, la relación con los compañeros o con el jefe y el tráfico las situaciones que más problemas les crean. Un 41% se muestran partidarios de que la vuelta no sea en lunes, que haya un horario flexible durante los primeros días para reducir el estrés y facilitar la vuelta al trabajo y la adaptación al entorno laboral, y que se puedan repartir las vacaciones a lo largo del año. Porque, el mes de septiembre, que supone para la mayoría el fin de las vacaciones y la vuelta al trabajo, viene acompañado en muchas ocasiones por el llamado «síndrome postvacacional». No se trata de una enfermedad, sino de un estado de malestar que suele desaparecer al cabo de 8 ó 10 días y que, en caso de prolongarse, es aconsejable consultar con el médico de familia. Los síntomas varían según la persona pero pueden presentarse cansancio, fatiga, ausencia de apetito, somnolencia, falta de concentración, taquicardia, dolores musculares, náuseas, molestias estomacales, sensación de falta de aire, irritabilidad, nerviosismo, sentimiento de tristeza, inquietud e indiferencia. Afecta al 35% de los trabajadores, se da con mayor frecuencia entre los menores de 45 años y más a las mujeres que a los hombres. El motivo, según los expertos, es porque el periodo de adaptación es más corto para los hombres, ya que suelen tener más facilidad para relacionarse con los compañeros, mientras que las mujeres suelen mostrarse más reservadas. Predisposición Desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria se afirma que también puede aparecer en aquellas personas que se incorporan al trabajo de forma brusca; entre las que idealizan el periodo de vacaciones como culminación de su bienestar personal; las que presentan de forma habitual malestar o disconformidad con su trabajo, o quienes tienen problemas de agotamiento o desencanto con el trabajo que realizan. De cualquier forma, no afecta a todas las profesiones por igual y su duración es menor si el trabajo que se realiza es estimulante o las relaciones con los compañeros son positivas. Para evitar la aparición de los síntomas es recomendable regresar de vacaciones dos o tres días antes de incorporarse al trabajo para tratar de normalizar los horarios y el reloj biológico. Tratar de regular la intensidad de la actividad laboral, llevar una dieta equilibrada, beber mucha agua y reducir el consumo de café y alcohol. Desde SEMFYC se aconseja intentar organizar y planificar los primeros días, tomando el control sobre la jornada laboral; saber que las molestias apenas duran unos días y tratar de restarles importancia; no tomar una actitud de queja y malestar permanente; planificar actividades gratificantes para los días laborales encontrando espacio y tiempo para el ocio.

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