Los cortesanos

¿DE DÓNDE se sacó Antonio Machado que había dos Españas, sólo dos, y que una de ellas helaría el corazón a cada españolito que viniera al mundo (te guarde Dios)?... El corazón sólo se hiela ante el espanto o ante la soledad mortal. ¿Cual era la España machadiana que espantaba y cual la que estaba irremediablemente sola?, ¿o eran las dos?... Pues vea don Antonio en su inmortalidad de las letras (desde la que quizá se sonría porque bien nos conoce) que estamos aquí unos cuantos, sin embargo, en trance de añorar (por razones de claridad y mejor orientación) aquella simple partición de la realidad española y hasta su dualidad bronca de incivilidad y de garrote, pues andamos algo desorientados ante la profusión y confusión de las Españas que hoy se estilan y que ni siquiera hacen ristra de naciones, pues nadie las trenza como se procede con los ajos. Ojalá dos Españas. Hasta veinte se ven hoy en esta partida de tute cabrón en la que sólo barajan y reparten órdagos unos políticos huérfanos de noción o huecos de nación y enrocados en arcadias felices de nuevo rico que pide la hijuela y se larga de casa con portazo. Y aunque el espanto late en escozores, lo que hoy se trabaja es la espantada, algunos la estampida apresurada... y el animal, la estampación de bombazo y estrago. Muchas Españas, don Antonio: la constitucional y la independentista, la del pepé, la del pesoe, la falangera, la descentralista, la federal, la cañí y la profunda, la imperial, la de la seleción, la católica y la laica, la mística y la de garrafón... la España monárquica... y la republicana, que está por reinventarse (a la tercera nos venceremos) porque hay veta de votos en segar hoy la hierba bajo los pies de la corona, cantera facilona para un político al salto, pues a huevo lo pone también una realeza criticable o renovable en según qué. ¿Argumento base?: dicen que nos cuesta una fortuna y no rinden cuentas de morteradas o patrimonios. Y añaden que, sólo por lo que gasta, sería más barato mantener los fastos de un solo presidente de república que los de toda una familia de ociosos o bibelots de adorno institucional. Ya. Este país no deja de ser cortesano ni cuando exilia a sus reyes. Los quinientos asesores que contrató Zapatero ¿qué producen, cuánto cuestan?... También ellos son la Corte. Ni siquiera una república nos privará de tener y pagar cortesanos.