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Sueltan en la costa almeriense los diez primeros ejemplares de tortuga boba

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M. A. Pérez - león
León

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Después de un largo viaje de más de 3.000 kilómetros desde Cabo Verde hasta Almería, pasando por Canarias, científicos del CSIC lograron trasladar en buenas condiciones un millar de huevos de tortuga boba (Caretta caretta). De ellos, 800 se quedaron en el archipiélago, 120 se instalaron en incubadoras de la Estación Biológica de Doñana (Sevilla), y los 80 restantes se depositaron en nidos de arena en playas vírgenes de Cabo de Gata (Almería). Además, los científicos han liberado diez ejemplares juveniles de la especie que han sido criados en semicautividad en la citada Estación Biológica. Las tortugas tienen un año de vida, edad a la que su caparazón es lo bastante duro para evitar la predación. Por este motivo, a medida que los huevos vayan eclosionando, las crías serán retiradas para asegurar su supervivencia y se liberarán definitivamente el año que viene en las playas donde se pretende que vuelvan a desovar. El proyecto, dirigido por el investigador del CSIC Adolfo Marco y financiado por la Junta de Andalucía y el Gobierno de Canarias, tiene como objetivo determinar si las playas españolas son adecuadas para restaurar la anidación de esta especie de reptiles. En Cabo Verde, donde reside la tercEera población de tortuga boba más importante del mundo, la mortalidad es muy alta, pues los cazadores matan cada año a unas mil hembras anidantes de las 10.000 existentes. Se trata de la especie más común del Mediterráneo occidental, su longevidad ronda los 60 años y las hembras anidan de cuatro a seis veces al año. Aunque se conoce su anidación en España desde el siglo XIX (probablemente sea mucho más antigua), en la actualidad es muy esporádica y está gravemente amenazada en el litoral español y en todo el planeta. Las tortugas caboverdianas constituyen la única población anidante relevante de esta especie en toda la costa atlántica oriental, desde Sudáfrica hasta Europa. Según ha explicado Marco, «si la restauración de la especie es viable en España, se plantearía la traída de huevos durante al menos diez años, así como la liberación de ejemplares en playas españolas para que retornen a las playas de nacimiento tras su maduración, dentro de diez ó veinte años. Los científicos del CSIC trabajan en la isla de Boavista (Cabo Verde) y están consiguiendo proteger la anidación en diez kilómetros de playa de alta densidad.