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Corales, manglares y praderas submarinas desaparecen más rápido que las selvas

Los ecosistemas más amenazados de la biosfera son los hábitats costeros

Urbanización costera, sobrepesca y cambio climático, las principales amenazas

Publicado por
T. Fernández - león
León

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El ritmo de destrucción de los hábitats costeros (corales manglares, marismas y praderas submarinas), es entre 4 y 10 veces más rápido que el de las selvas tropicales, lo que les convierte en los ecosistemas más amenazados de la biosfera. En concreto, un 44% de los arrecifes de coral ha sido destruido, el 54% de las praderas submarinas ha perdido parte de su cobertura, y los manglares han disminuido en un 35% desde 1980. Así se ha denunciado en el transcurso del III Debate sobre Biología de la Conservación celebrado en Madrid, organizado por la Estación de Investigación Costera de la Universidad de Baleares y patrocinado por la Fundación BBVA. Detrás de esta pérdida de hábitats (entre el 1,2 y el 9% anual), fundamentales para mantener la biodiversidad marina, proteger la línea de costa y asegurar la provisión de alimentos, están el incremento de la población (las zonas costeras acogen al 60% de la población mundial), la ápida urbanización, la construcciónde infraestructuras, la sobrepesca, los vertidosy los efectos del cambio climático. Los asistentes advirtieron que existe una desconexión entre la ciencia y la sensibilización social ante este problema, y lo contrastaron con la que muestran los ciudadanos ante otras destrucciones como la de las selvas tropicales. El investigador del CSIC, Carlos Duarte, recordó que el problema también puede provocar víctimas humanas y citó como ejemplos el tsunami que afectó a finales del año 2004 a las costas asiáticas o el huracán Katrina, que azotó Nueva Orleáns. Según explicó, los efectos devastadores del tsunami fueron mucho mayores en las zonas donde se destruyeron los manglares y, en el caso del huracán se incrementaron por la desaparición de las marismas del río Misisipi. Scott Nixon, de la universidad estadounidense de Rhode Island, recordó que la degradación de los ecosistemas costeros provocada por el aporte excesivo de nitrógeno y fósforo procedentes de los fertilizantes agrícolas reduce el oxígeno llegando a causar la mortalidad de muchos organismos. Advirtió, además, que hay una relación entre la pérdida de salud por el consumo excesivo de carne en las sociedades desarrolladas y la pérdida de salud en sus ecosistemas costeros por las enormes emisiones de nitrógeno asociadas a la producción cárnica. Los científicos afirman que estamos obligados a reducir esta degradación e iniciar la restauración de los hábitats costeros y aseguran que ya existen el conocimiento científico y la tecnología para frenar esa destrucción, y que sólo hace falta voluntad política y económica para lograrlo. Praderas submarinas Nuria Marbá, del Instituto de Estudios Avanzados del Mediterráneo, explicó algunas de las conclusiones del proyecto «Praderas» que revelan que en las cuatro últimas décadas se ha perdido gran parte de las praderas submarinas de posidonia del Mediterráneo. Destrucción debida, según afirmó, a la pérdida de calidad del agua y del sedimento debido a la erosión, la pesca de arrastre o la construcción de infraestructuras. Advirtió, además, que el declive se incrementa después de una ola de calor, y que se acelerará como consecuencia del cambio climático. Las praderas submarinas de las costas españolas sufren el mismo problema y, según la científica, la pérdida alcanza un 5% anual. William Denninson, catedrático de Ciencia Marina de la Universidad de Maryland (EEUU), advirtió de que estas praderas son bioindicadores de la calidad ambiental del planeta y su progresiva desaparición es un aviso de la crisis ambiental que afecta a la Tierra.