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Publicado por
CARLOS G. REIGOSA
León

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LOS POLÍTICOS en general tienen una insana -pero sabia- tendencia a confiar en la mala memoria de los ciudadanos, Eso les permite dar por olvidadas cosas que desearían no haber dicho o hecho jamás. Y la cosa funciona. Podríamos poner muchos ejemplos en España (las expectativas abiertas con el alto el fuego de ETA o las chapuceras negociaciones del Estatuto catalán), pero en estas líneas quiero referirme a Estados Unidos por lo reveladores que están siendo algunos datos respecto de Oriente Medio y muy especialmente de Irán. ¿Alguien dijo alguna vez que el Gobierno de Sadam Huseín tenía armas de destrucción masiva? ¿Habló alguien de una política destinada a impulsar la democracia en Oriente Medioí? ¿Hubo algún presidente de EE.UU. que definiese un «eje del mal» que incluía a la hoy amistosa Corea del Norte? ¿Se oyó hablar alguna vez de un esperanzador -e incluso definitivo- proceso de paz israelo-palestino? La respuesta a todas estas preguntas es sí, y una de las pruebas más escandalosas de algunas de esas afirmaciones es el significativo porcentaje de estadounidenses que aún creen que Irak tenía armas de destrucción masiva y que Al Qaida formaba parte del Gobierno de Sadam Huseín. Porque Estados Unidos no sólo produce Premios Nobel de Economía, también mantiene una sólida población inculta e increíblemente desinformada. Ahora se nos ha revelado que EE.UU. está montando su caso contra Irán, porque este país no acaba de entender que está prohibido hacer bombas nucleares en Oriente Medio. Bush y la prensa conservadora estadounidense han lanzado amenazas claras. Y Vladimir Putin ha aprovechado la ocasión para viajar a Teherán y convertirse en el intermediario del mundo multipolar que desea construir. ¿Qué ocurrirá mañana si Irán se aviene a un acuerdo similar al que ha alcanzado Corea del Norte? Olvidaremos las amenazas bélicas de EE.UU., y la intermediación del poco democrático Putin perderá todo valor. Los políticos saben bien que toda declaración es relativa y olvidable. Pero lo peor y más lamentable es cuando lo que olvidan es -como ocurre ahora- la represión militar feroz en Birmania o el genocidio de Darfur. Entonces no tienen perdón de Dios.