Los odiosos al volante son minoría

¿Suele dar las gracias a un conductor que le facilita el paso?, ¿ayuda a otro que tiene problemas con su automóvil?, ¿cambia su conducta al volante cuando tiene prisa?, ¿tolera los errores de otros automovilistas?. En suma: ¿Respeta las normas de circulación? Estas cuestiones ayudan a comprender si una persona es más o menos solidaria a la hora de conducir. Es decir, cuando uno practica la denominada conducción social positiva. Un estudio del Instituto de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia analizó la conducta de 1.200 conductores a través de una encuesta telefónica, y el resultado arroja que un 75% de los mismos son personas prosociales en el ámbito vial, mientras que un 25% manifiesta costumbres antisociales, con todo lo que ello conlleva tanto para el tráfico diario como para la seguridad de los viajeros. El patrón de los automovilistas insolidarios es el de un hombre de entre 18 y 35 años, sin estudios, que manejan vehículos de carga y que ha sufrido algún accidente de tráfico y/o recibido múltiples multas. Por contra, la conducta ejemplar es la de una mujer de entre 36 y 65 años, con estudios básicos, que lleva vehículos familiares y no sufre accidentes ni multas.