El «turismo de todos» suspende
El 45% de los hoteles de tres y cuatro estrellas no cumple ningún estándar de accesibilidad y sólo el 0,7% alcanza niveles óptimos. Hay leyes suficientes, pero falta formación
El «turismo para todos» que garantice ese «bien social» a los 3,5 millones de españoles con discapacidad sigue siendo una asignatura pendiente, y «lo que más está costando es romper la barrera mental, sobre todo de los empresarios». Lo subraya Jesús Hernández, director de Accesibilidad de la Fundación ONCE, convencido de que, «si se aplicara, el material legislativo sería suficiente para poder avanzar» y de que, por tanto, hay que buscar la solución en otro sitio, como la formación universitaria especializada o la información adecuada a ese sector clave de la economía. Al presentar el segundo Congreso Internacional Turismo para Todos ENAT que reunirá a una veintena de países en la Comunidad Valenciana del 21 al 23 de noviembre, Hernández apostó por convencer a las empresas con argumentos financieros, «a través de la cuenta de resultados». Y recalcó su invitación a «que vean en las personas con discapacidad un mercado potencial» con un punto de ironía: «No te preocupes de mis derechos, preocúpate de mi cartera». No hay duda alguna sobre la pasión viajera de ese colectivo, cuyo 60% de movilidad turística anual supera al 53% de la población española, y podría hacerlo más: casi el 84% de las personas con discapacidad física asegura que le gusta viajar, y al 54% le sobra tiempo para ello. Si no salen, remachó Hernández, «no es por ganas, sino porque es toda una aventura». O tres. Una aventura económica, porque la mayor accesibilidad suele coincidir con la mayor categoría y precio de los alojamientos. Otra física, porque los transportes, hoteles y lugares de ocio componen una generalizada carrera de obstáculos. Y una tercera profesional, porque falla la atención del personal turístico. Basten, como reflejo de esos problemas, unas pocas cifras. En el ámbito hotelero, el Plan Nacional de Accesibilidad dibuja una realidad desoladora en los establecimientos de 3 y 4 estrellas: de los 431 analizados, sólo el 0,7% alcanza niveles óptimos, y la oferta para usuarios de sillas de rueda apenas llega al 8%; peor aún, el 45% no cumple ningún estándar de accesibilidad, y ni siquiera permite un acceso aceptable a personas con muletas. En cuanto al trato recibido, el 72% de clientes con discapacidad señala que el personal conoce poco o nada sus necesidades concretas. Ejemplos a seguir Estos datos ayudan a perfilar las posibles soluciones, que van más allá de la imprescindible eliminación de barreras arquitectónicas, urbanísticas y de transporte. Y un ámbito clave debe ser la Universidad, enfatiza Hernández, que echa en falta «formación para hacer el turismo accesible y de diseño para todos» en las carreras de Ingeniería, Arquitectura y Turismo. Ese vacío se está tapando parcialmente con «cursos de posgrado y asignaturas de libre configuración, pero no con asignaturas troncales ni de forma estructurada». Además, hay que pensar en la atención integral al colectivo desde todos los ámbitos del ocio, lo que exige, por ejemplo, guías turísticos preparados para dar explicaciones a una persona ciega o personal de una recepción hotelera que conozca y sepa tratar a su clientela con discapacidad. El II Congreso Internacional Turismo para Todos ENAT, siglas en inglés de la Red Europea para el Turismo Accesible que lo avala, examinará a fondo esos problemas y será escaparate de las experiencias más exitosas en ocio y discapacidad. Frente a las barreras mentales que perduran en la sociedad y en ese sector económico, el encuentro incidirá en las oportunidades de futuro, tanto para la «mejora del modelo de negocio» empresarial como, en palabras de Mercé Luz, directora de Cultura y Ocio de la Fundación ONCE, para «beneficiar a toda la población», porque los «lugares accesibles pueden servir también para familias con niños pequeños en carritos» y para personas mayores.