La ministra presidió la firma del Pacto Ibérico con Portugal
Narbona pide que Castilla y León se implique para salvar el lince
El plan establece la reintroducción de animales criados en cautividad en el 2010 en los dos países
Narbona y el ministro portugués, con los consejeros de Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura
En 2010, si nada se tuerce, los primeros linces criados en cautividad podrían volver a la naturaleza a ambos lados de la frontera hispano-portuguesa. El horizonte temporal no es nuevo pero la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, lo ratifica ahora en vista de la buena marcha de los programas de reproducción asistida y del compromiso entre administraciones para garantizar que el gran gato ibérico regrese a territorios ecológicamente sanos. Narbona reclamó la adhesión a los programas de conservación de las comunidades que aún no lo han hecho, como Madrid o Castilla León. Los biólogos insisten en que este felino aún se encuentra en «peligro crítico de extinción», ya que apenas quedan 250 ejemplares en Andalucía y Extremadura. Narbona presidió en Sevilla la firma del Pacto ibérico por el lince, que persigue la aplicación de un programa de actuaciones único y coordinado entre las distintas administraciones para conservar el lince ibérico. Este acuerdo amplía un programa previo desarrollado por la Junta de Andalucía desde 2002, que ha permitido que sobrevivan unos doscientos ejemplares en Sierra Morena y de Doñana. A la iniciativa se suman ahora Castilla La Mancha y Extremadura, que habían desarrollado iniciativas similares, y Portugal. En agosto el país vecino suscribió un acuerdo de colaboración con nuestro país en el marco del Programa de Reproducción en Cautividad del Lince Ibérico. A partir de ahora, el objetivo -dijo la ministra será revisar y desarrollar la Estrategia para la Conservación del Lince Ibérico, y fijar un calendario para «conseguir sacar al lince del catálogo de especies en peligro crítico». Para ello el Gobierno invertirá más de siete millones de euros hasta 2010, que se suman a los 26 millones procedentes de la UE mediante el proyecto LIFE. Narbona apuntó a la fecha de 2010 como horizonte posible para la reintroducción en diversos territorios de la Península.