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Gente de aquí y de allí | Madrid, con sabor leonés

El retiro del Reino de León

Morcilla leonesa con pan de hogaza o con puré de manzana y tiras de oreja de cerdo crujientes son platos que pueden degustarse en Madrid, a la luz del Musac, en el nuevo restaurante «Barandales»

Publicado por
Pacho Rodríguez - madrid
León

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El día en que una familia de Zamora, por parte de padre, y de León, de Corniero concretamente, en el municipio de Crémenes, para ser exactos, pasó a limpio su sueño de la memoria gastronómica nació Barandales . Y en el Retiro madrileño, en la hermosa calle Menorca, se pusieron manos a la obra para hacer real, como la comida misma, un invento que es cultura culinaria y vinatera con una materia prima que parte siempre de dos máximas: productos zamoranos y leoneses con denominación de origen y vinos de la misma categoría de ambas provincias. El niño restaurante les ha salido grande, realmente muy grande. Son dos plantas: arriba, barra y comedor con la imagen del Musac en una pared iluminada, y abajo, otro comedor, más clásico, acogedor y dispuesto para ser punto de reuniones profesionales o para un íntimo almuerzo en el que sólo caben dos. Pablo García Díez es el gerente de Barandales . Un ingeniero agrónomo que optó por cambiar de rumbo. «Tenía una trabajo que me absorbía muchas horas y que ahora, metido en este lío, me doy cuenta de que no eran tantas¿», confiesa. Un buen día, seguro que con una buena mesa por delante, juntó sus deseos de nuevas aventuras con la vieja ilusión de su padre, Antonio García, psicólogo y consultor, que siempre ha sido un enamorado de la cocina con todas las consecuencias: esa que parte de lo tradicional y no quiere perderse lo bueno de la vanguardia. Poco a poco había reunido unas seiscientas recetas de cocina de León y Zamora, con lo que también tiene un buen libro, con el origen leonés procedente de su mujer, María Antonia Díez, una leonesa de pura cepa de Corniero, en el corazón más bello de la montaña leonesa. Y con estos mimbres, el cesto de Barandales es una mezcla entre lo moderno y lo de siempre. «A la gente le sigue gustando comer bien y nosotros tenemos la comida tradicional, con una elaboración que está inspirada en la cocina moderna, pero que, en esencia, respete ese origen», garantiza Pablo García. Y su padre, Antonio, entonces añade que es necesario promocionar una gastronomía como la leonesa y zamorana, perfectamente intercomunicadas, para que no se pierda el buen hacer que salía de los antiguos fogones. Así, en Madrid, Barandales fusiona León y Zamora, modernidad y tradición, siempre calidad y selección. Pone un pie en la capital para que sea un puente con estas tierras. Casi una invitación para que después de haber pasado por el local, un viaje al norte se convierta en prioritario. Como lo es una carta que casi es mejor escuchar que leer para despertar sentidos y qu tiene sus alter egos: morcilla leonesa al estilo tradicional con rebanadas de pan de hogaza pero, también, bombones de morcilla acompañados de puré de manzana y tiras de oreja de cerdo crujientes. Delicias de botillo con puré de cachelos o cocido maragato, tal cual. Y por allí pasan los quesos, embutidos, setas, truchas¿ Un infinito desfile completado por el vino de León y de Zamora con el que se empeñan en dar la vuelta al mundo, en este caso, desde Corniero.

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