Diario de León

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ME DICE Alfonso que su amigo Javier ha logrado depurar la clásica sentencia cartesiana adecuándola a este tiempo que corre que se las pela: ¿Pienso, luego existo?... cierto, pero ahora la máxima afina el concepto: «Pienso, luego desisto». Las cosas del pensar llevan a estos términos (reflexionar aún es peor). La claridad de visión de las cosas no necesariamente conduce a su mejor comprensión y, menos aún, a su solución. Si se piensa que un limón cuesta al consumidor el mil por cien de lo que le pagaron en origen al labrador limonero, ¿quién no desiste?... Pensemos en lo que ha costado la liberación de súbditos españoles trincados el el Chad habiéndoles dado allí por inocentes y... o llegamos a la conclusión de que el viejo negocio de los cautivos de Argel sigue funcionando (pagando rescates o canjeándolos por frailes mercedarios que ahora llamaremos contingente militar o morterada al canto) o desistimos de entenderlo. Piensa por qué en el primer semestre de este año se han producido 1,4 divorcios por cada dos matrimonios (en 2010 habrá tantos divorcios como matrimonios) y también desistirás de entender la sacrosanta institución matrimonial a la que se tira la gente de cabeza tan irreflexiva o temerariamente... y desistirás, salvo que llegues a la conclusión de que muchos se casan porque es la única fórmula de salir con garantías de la guarida paterna con pasta, regalos y medio piso pagado. Pensemos también en todo el dinero, comisiones y reuniones de rabadanes que se montaron para atajar la plaga de topillos, pensemos en que una buena parte de las zonas afectadas siguen «gravemente afectadas» según el ejecutivo de la untonomía, pensemos en que los venenos sembrados indiscriminadamente está haciendo estragos en la fauna silvestre, ¿y quién no desiste? (pensemos y desistamos, porque en dimitir nadie piensa). Pensemos que en el programa electoral de los socialistas se propondrá ceder a las autonomías la gestión de los ríos, pensemos en que hay ríos que cruzan cuatro comunidades distintas complicándose su gestión o desguazándose el intocable concepto de patrimonio común que tienen las aguas y... ¿cómo no desistir de comprender la propuesta, si no es sólo por pagar favores o enjuagues políticos?...

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