Cerrar

CRÉMER CONTRA CRÉMER

Conferencia Internacional sobre el Envejecimiento

Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

Creado:

Actualizado:

SE HA VENIDO CELEBRANDO en León la Conferencia Internacional de la ONU sobre el Envejecimiento. Y hemos tenido los leoneses el orgullo de aparecer como anfitriones de una reunión de la cual se esperan cuando menos, objetivos reales que sirvan para aliviar en lo posible el estado difícil en el que se encuentran los millones de viejos que andan, que andamos, mal que bien, por la trochas que la edad va cerrándonos. El mundo, este mundo en el que estamos no se sabe si haciendo o deshaciendo, camina con serias dificultades y conviene prestar toda la atención que no es obligada para que ese caudal humano que son los ancianos no se vea arrastrado por las aguas turbias de la prepotencia argumental. La Declaración de León, tal como ha declarado la Secretaria de Estado de Servicios Sociales y Discapacidad, Amparo Valcarce (sin duda el ángel tutelar del suceso nombrada por unanimidad de los asambleistas presidenta de la Conferencia) será el espejo en el que todos los países se reflejen. Porque la cuestión es importante y difícil y si no ponemos medios para corregir sus desvíos, nos veremos envueltos, inevitablemente en uno de los fenómenos negativos de más intensidad y extensión. La leonesa Amparo Valcarce conoce perfectamente lo que se la encomienda y no ha permitido que pueda aflojar su formidable voluntad ninguna peripecia que pudiera ensayarse. Uno de los problemas que afectaban a la programación del futuro de los pueblos es sin duda la de ignorar o no tener prevista ninguna medida eficaz para erradicar el riesgo de la sublevación de los viejos, o su desaparición en un mundo sospechosamente protagonista de la agonía de las generaciones supervivientes de tantísimos errores¿ Parecíamos decididos a exterminar a los ancianos como materia apta para el desguace, sin tener en cuenta de que un anciano, un jubilado vale más vivo y empleado en algo que reducido a la condición de escombro. Y Amparo Valcarce culminando de esta forma en esta reunión ministerial universal está cumpliendo, ha dejado cumplida, una de las tareas más significativas y necesarias de toda iniciativa gubernamental. Los viejos ya no serán materia para la extinción sino todo lo contrario. Abandonarán su condición subalterna de objeto de adorno típico de las ciudades para interrogarse en el cupo todavía válido para incrementar el grado de posibilidades que con su trabajo todavía pueden prestar. Y hasta es posible que muchos otros países del mundo, ante la realidad de la doctrina propuesta por la Conferencia de León, se unan a la proposición social de la reunión leonesa bajo la tutela de Amparo Valcarce, y consigamos establecer unos niveles de solidaridad y de entendimiento que nos permitan esperar tiempos mejores. Porque, señoras y señores de la sala, de la economía universal y de la cesta de la compra, prestemos ayuda y aprovechemos de la ancianidad como medio válido para la supervivencia porque nos esperan tiempos difíciles, tiempos para que efectivamente, como se explica en las declaraciones finales de la Conferencia Ministerial Internacional de León, «todos los países se reflejen en esta declaración».