Un grito contra la desigualdad

«¿Sabías que Europa gasta once mil millones en helados y que con seis mil millones se podría escolarizar a los 121 millones de niñas y niños que no reciben educación en el mundo?». Estas son algunas de las preguntas y respuestas que plantea al alumnado de secundaria y bachillerato la campaña Mujeres, protagonistas del desarrollo , que lleva a cabo en el centro Don Bosco de León la oenegé Jóvenes del Tercer Mundo. Con casi dos décadas de existencia y 95 programas de cooperación en marcha, la organización salesiana dedica este año su programa de sensibilización local al tercero de los Objetivos del Milenio, que preconiza la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer con una serie de metas concretas para el 2015. Entre ellas, la eliminación de las desigualdades en la educación primaria, secundaria y universitaria y el acceso de las mujeres al trabajo remunerado y a los puestos de representación política. Durante una semana estudiantes de ESO y bachillerato del centro Don Bosco han trabajado en las aulas las situaciones de discriminación de las mujeres en el mundo en el ámbito educativo, económico, sanitario y político. A través de cuatro cómics y conducidos por sus protagonistas -Mali, Caterine, Joana y Angelina- han palpado la desigualdad y los abusos, como que 135 millones de mujeres y niñas sufren mutilación genital o que cada año, según la ONU, cuatro millones son traficadas para la prostitución y que en ocho países las mujeres aún tienen vetado el derecho al sufragio. Pero también se han visto sorprendidos por datos como que en Rwanda el 49% del parlamento está representado por mujeres, o que en los países que como Nigeria, Banagladesh, Indonesia, Perúm Irán y Uganda las campañas de planificación familiar han sido un éxito. Igualmente, que de 65 países en desarrollo la mitad han logrado la paridad de género en la educación primaria, el 20% en la secundaria y el 8 por ciento en la universitaria. O que en América Latina el 40% de los trabajos remunerados no agrícolas están ocupados por mujeres, aunque esta proporción baja a la mitad en África Subsahariana y Asia Meridional. Ayer, más de sesenta estudiantes «rompieron» simbólicamente el muro de las desigualdades pintado con sus propias reflexiones durante un acto celebrado por JTM en la calle: «Para que seamos iguales hace falta educar en igualdad», «Las mujeres trabajan doble jornada», «Me gustaría vivir en una sociedad más tolerante», «¿Por qué la mujer está marginada en la carrera sacerdotal?», «Mismo salario y mismas oportunidades para hombres y mujeres»... Laura, voluntaria de la oenegé, puso el colofón con un cuento africano que relata cómo las mujeres consiguieron el fuego por su tolerancia y capacidad para compartir. La campaña se desplaza a partir del día 30 al centro comercial Espacio León, con una exposición y talleres interculturales. «Lo importante es que fuésemos capaces de llevar al día a día los valores y mensajes que trabajamos y que no sea una campaña puntual», subraya el coordinador de la oenegé en León, Luis Martín.