En enero ya habrá «Papa negro»

Igual que hay un «Papa negro», el general de los jesuitas, único cargo de vitalicio de la Iglesia junto al pontífice, hay un 'cónclave negro' cuando el estado mayor de la orden, la congregación general, se reúne para elegirlo. Y toca dentro de un mes, el 7 de enero. Llegarán a Roma 225 jesuitas de todo el mundo, los 90 provinciales más un número de representantes de cada provincia de la orden, en proporción a su tamaño. Será la asamblea número 35 en los casi 500 años de vida de la Compañía. Como se ve, no ha habido muchas. «Ignacio tenía alergia a las reuniones, lo nuestro es trabajar», dice José María de Vera, portavoz de la Curia jesuita en Roma. Por primera vez el actual general, el holandés Peter Hans Kolvenbach, ha presentado su renuncia por razones de edad. Va a cumplir 80 años, lleva 25 al frente de la orden y está cansado. También es la primera asamblea después de Juan Pablo II, que sometió la orden tras su viraje radical en lo social de los sesenta, bajo el mando de Pedro Arrupe. El trauma de la colisión con el Vaticano aún marca a la Compañía. Como entonces, los jesuitas se enfrentan al vértigo cíclico del cambio de época y al desafío de adaptarse a él o.... ser cada vez menos. Su número sigue bajando y en enero de 2007 eran 19.216. La media de edad es de 57 años. En España son 1.600. El nuevo general deberá dar soluciones y aportar energía. Como sus problemas son los de toda la Iglesia, ésta y el Vaticano estarán atentos para ver hacia dónde va la vanguardia intelectual de la fe católica en el siglo XXI, en la 'era Ratzinger', y tras salir de su travesía del desierto de estas últimas décadas. A la Secretaría de Estado de la Santa Sede, que sigue de cerca el proceso, han llegado informes de 69 posibles candidatos enviados por nuncios de todo el mundo, según fuentes de la orden. Es un número altísimo. Por otro lado se han recibido unos 400 postulados, las propuestas de debate. Es un número muy bajo. En el pasado, sólo de la Universidad Gregoriana de Roma, el prestigioso centro jesuita, salían 50 y esta vez sólo dos, confía un profesor. «Que haya tantos candidatos quiere decir que no hay nada claro, y que la Compañía ya es muy plural, y tan pocos postulados indican que se desea pronto un nuevo general para que gobierne y decida». En los documentos previos se han perfilado siete temas de debate, en los que cabe de todo: identidad del jesuita; misión de la Compañía; obediencia; vida en común; ecología; colaboración con laicos y seglares; gobierno y promoción de vocaciones. Los jesuitas se juegan su futuro en un mundo globalizado. La propia orden tiene 18 provincias en India, y ya sólo cinco en España. La congregación debe marcar el rumbo y, claro, si juntas a unos cuantos jesuitas les encanta debatir: la asamblea de 1646 duró 145 días, el récord, aunque las últimas andan por los 50. La última, que eligió a Kolvenbach, llevó 54 días. No hay límite de tiempo, para que el diálogo se haga sin prisas. De Vera confiesa que esta norma, que en el siglo XVI podía ser sensata, hoy da muchos problemas logísticos, de alojamiento, transporte y agenda. «Quieres reservar un hotel y te dicen ¿hasta cuándo? 'Pues mire, dos semanas o dos meses'. Lo mismo pasa con los billetes de avión», explica. Se calcula que la elección será hacia el 18 de enero y la congregación durará hasta finales de febrero o mediados de marzo. La asamblea se celebrará en la Curia de la orden, el complejo de edificios pegado al Vaticano. Todas las congregaciones han sido en Roma, salvo la de 1892, que se celebró en Loyola.