Un año de artesanía

E ste es un calendario hecho de hierro forjado por los últimos hijos de Vulcano, de barro del que nace el puchero, de paja de centeno que se dobla en el milagro de los cestos, de largas hebras de lana resueltas en cálida manta, de manos hábiles que ponen a los carnavales máscaras de mil colores, de plumas de los gallos del Curueño, amor fatal de ágiles truchas... Pero es, sobre todo, un homenaje a unos hombres y mujeres que hablan con las manos. Gentes como José Blas, herrero de Valdespino, el tonelero Tomás Otero, Genaro González, auténtico arcano del arte de la curtimbre, Tomás Gil, hacedor de moscas, Emiliano Blanco, manos y alma del carnaval de Velilla de la Reina, Jacinta Ferrero, reina de la cestería, también de Velilla, Francisco Pozuelo, José Ares, José Perandones, Juan de Lucillo, Isidro García de Sardonedo... En ellos residen las claves y los secretos heredados que forman la urdimbre de la artesanía leonesa, necesitada de atención y apoyo. La Diputación Provincial y el Ayuntamiento de León patrocinan esta iniciativa del Diario de León, un regalo que ya se ha hecho tradición y querencia y con el que el periódico quiere agradecer la fidelidad de sus lectores. La presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, aseguró estar en perfecta sintonía con esta iniciativa, que llega ya a la sexta edición, y que, dijo, «nos habla de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que queremos ser». El Ayuntamiento estuvo prepresentado por Susana Travesí y por el concejal de Juventud y Participación Ciudadana, Vicente Canuria, quien felicitó al Diario y destacó que, por su singularidad, el calendario de León, es ya un objeto «codiciado» dentro y fuera de la provincia.