Legislatura maldita

DIJO Rosa Díez, ex socialista y líder de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), que ésta ha sido «una legislatura maldita». Y seguro que ha sido sincera desde su perspectiva, porque cada uno habla de la feria según le ha ido en ella, pero esto no garantiza que tenga razón. Y no la tiene. Aunque ha habido elementos negativos, de carácter democráticamente disolvente, que deben remediarse ya, la respuesta correcta a la afirmación de Rosa Díez no es la simple negativa, sino la argumentación cabal. Uno de los problemas más graves de la legislatura es que se han aprobado leyes que, lejos de zanjar problemas, los han acentuado y han profundizado la división social. Algunos han frivolizado irresponsablemente este asunto, y no debieran hacerlo. Si gana el Partido Popular las próximas elecciones quizá nos encontremos con Penélope destejiendo lo tejido en el período socialista. Los desacuerdos han sido tantos y de tanta envergadura (en política antiterrorista, trasvases de agua, matrimonio homosexual, cuestión territorial, memoria histórica y un etcétera interminable) que más parece que todo se hizo para ahondar la división y librar un pulso político definitivo, nunca deseado por los ciudadanos, como han venido demostrando reiteradamente las encuestas. Ahora se avecinan las elecciones y, como nadie ha podido con nadie, el PSOE y el PP recuperan la moderación para intentar obtener el voto de quienes no los siguieron en sus correrías montaraces. ¿Para volver a las andadas tan pronto como pase la cita electoral? Da la sensación de que no miran a la mayoría de ese pueblo al que aspiran a gobernar y que en vano los castiga con su abstención. Porque esa mayoría dice con claridad lo que no quiere. Y no quiere cambiar la ley de educación con cada relevo en el Gobierno, ni la de trasvases, ni la política exterior... Ahora los políticos leen sus propias encuestas y se dan cuenta de que el apoyo se ha debilitado, y se apresuran a disfrazarse de corderos. Pero con eso no basta. Lo que de verdad quiere el electorado que intentan recuperar es que el PP y el PSOE se entiendan en lo fundamental. La que termina no ha sido una legislatura maldita, pero pudo ser mucho mejor en estos aspectos, sin duda.