Diario de León

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Los bonobuses más caros

Murcia y Palma de Mallorca son las ciudades con los bonos de diez viajes más caros, según el estudio de Facua que sitúa a Ciudad Real y Castellón en el otro extremo de la balanza

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efe | madrid

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Murcia y Palma de Mallorca son las ciudades con los bonobuses de 10 viajes o tarjetas recargables más caros en las modalidades con y sin transbordo, respectivamente, mientras que Ciudad Real y Castellón tienen los más baratos, según un estudio de la Federación de Consumidores en Acción (Facua). El bonobús o tarjeta recargable representa de media un ahorro mínimo del 40,8 por ciento frente al billete único, que alcanza el 71,1% si siempre se realiza transbordo (en las ciudades donde se permite). El bonobús con transbordo cuesta una media de 5,72 euros y las diferencias alcanzan el 137%; los precios más altos se dan en Murcia (9) y Barcelona (6,90) y los más bajos en Logroño (4,27) y Salamanca (3,80). La mayor subida ha correspondido a Castellón, con un 11,11%. El bonobús sin transbordo cuesta una media de 5,73 euros, y las diferencias llegan al 86%; los precios más altos se encuentran en Palma de Mallorca (8) y la localidad tinerfeña de Adeje (7,50), y los más bajos en Ciudad Real (4,30) y Sevilla (4,35). Tarifas especiales El alza de precio más significativa ha sido la de Santa Cruz de Tenerife, con un 11,11%. El billete univiaje, cuesta una media de 0,94 euros, con la tarifa más alta en Barcelona (1,25) y Adeje, Bilbao y Valencia (1,15) y la más baja en Logroño (0,56) y Cuenca (0,70), con diferencias de hasta el 123 por ciento. La subida más elevada ha sido del 16,28%, en Pamplona. La tarjeta o abono mensual, existente en trece de las treinta ciudades analizadas, cuesta una media de 30,65 euros, con una subida del 3,2% sobre el 2006. Sus precios, que difieren hasta un 164,8%, van desde los 16,75 euros de Salamanca hasta los 44,35 euros de Barcelona. Aparte, hay ciudades con tarifas especiales para jubilados y pensionistas, buena parte de ellas gratuitas, y para jóvenes y estudiantes, desempleados discapacitados. El estudio advierte que, según los casos, los billetes y abonos pueden servir únicamente para zonas concretas o permitir el uso de varios medios de transporte, especialmente en las grandes ciudades.

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