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Cirugía y tratamiento médico de la hipertrofia prostática benigna en perro

Esta patología es un proceso frecuente en los perros a partir de los siete años, su diagnóstico resulta sencillo mediante el uso de la ecografía y su tratamiento mediante cirugía es definitivo

Publicado por
Carlos Enrique Rodríguez león
León

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La investigación realizada se centra en el diagnóstico y tratamiento de la Hiperplasia Prostática Benigna, una alteración muy habitual que afecta a la próstata del perro a medida que envejece. Dos factores fueron determinantes a la hora de plantear el trabajo de tesis doctoral titulado «Determinación del grado de involución prostática en cuadros de hipertrofia prostática benigna canina mediante la ecografía transabdominal y la radiología al realizar la técnica de castración preescrotal y el uso de fármacos antiandrógenos». El primero de ellos es la incidencia clínica de esta alteración en nuestras mascotas con la consiguiente repercusión en su calidad de vida; con la mejora de los cuidados y alimentación del animal de compañía ha aumentado de forma importante su longevidad lo que influye en que la aparición de este proceso sea ahora más frecuente que en el pasado. El segundo factor fue la posibilidad de utilizar el perro como modelo para el estudio de nuevos tratamientos que podrían aplicarse en el hombre ya que también se ve afectado por este mismo proceso a medida que avanza su edad. Este trabajo de investigación fue desarrollado por el autor de este artículo bajo la dirección de los doctores José Manuel Gonzalo Orden, Lorena Millán Barela y María Belén García Rodríguez, del Departamento de Medicina, Cirugía y Anatomía Veterinaria de la Universidad de León. Protocolo experimental A la hora de abordar el desarrollo del protocolo experimental, se decidió dividir el estudio en dos partes, en la primera de ellas se realizó un muestreo de la población canina (con la inestimable colaboración de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de León donde se estudiaron parte de los machos incluidos en este trabajo), con el fin de determinar cuántos animales podrían estar afectados y en qué rango de edad se manifiesta este proceso con más frecuencia. La segunda parte consistió en la utilización de los diferentes tratamientos de los que se dispone en la actualidad evaluando la eficacia de cada uno de ellos. Una vez finalizado el estudio, se obtuvieron una serie de conclusiones que se pueden resumir a continuación. La primera de ellas es que el diagnóstico de este proceso se realiza fundamentalmente por ecografía, una de las técnicas de diagnóstico por imagen más versátil y útil en la clínica veterinaria actual; su utilización permite una valoración bastante exacta de cualquier alteración prostática incluida la presencia de hipertrofia prostática benigna. Ventajas de la ecografía La ecografía presenta dos ventajas indudables respecto a la radiología convencional, técnica que se usaba clásicamente en el diagnóstico de la enfermedad prostática. La primera ventaja es que permite ver directamente el tejido prostático, su estructura y la cápsula que lo rodea, todo ello sin utilizar radiaciones ionizantes. La otra ventaja es que se pueden realizar tomas de muestra para biopsias guiándose por la imagen ecográfica lo que resulta una técnica muy poco invasiva. Otra de las conclusiones del trabajo es que la edad más vulnerable de presentación es entre los 8 y los 9 años, con un 46 por ciento de prevalencia en los animales de este rango de edad aun sin evidencias clínicas de la enfermedad para el propietario. Por otro lado, se comprobó que el tratamiento definitivo del problema es la castración del perro afectado. Esta cirugía es relativamente rápida y limpia de realizar, su riesgo quirúrgico está más relacionado con el estado físico del perro que con la propia cirugía y el postoperatorio no suele conllevar la aparición de complicaciones. Tratamiento farmacológico El tratamiento médico, sobre todo con el fármaco Finasteride es una alternativa válida, aunque algo más lenta en la obtención de resultados, a la cirugía cuando existe alguna contraindicación para la realización de la castración. Para concluir, podemos afirmar que la hipertrofia prostática benigna es un proceso frecuente en los perros a partir de los 7 años, que su diagnóstico resulta sencillo y no doloroso mediante el uso de la ecografía, su tratamiento mediante cirugía es definitivo y con pocas complicaciones y que, en el caso de que no se pudiera operar al perro, existen alternativas farmacológicas eficaces.

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