Diario de León

La 35 Congregación General comienza las deliberaciones para designar al nuevo superior general

Los jesuitas del mundo eligen a partir de hoy en Roma al nuevo «Papa negro»

El holandés Kolvenbach cede el testigo, sin candidaturas ni campañas, después de 25 años

Placa en honor de los jesuitas asesinados por el ejército salvadoreño

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Rafael Herrero - madrid
León

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La Compañía de Jesús se prepara para afrontar una nueva etapa en la que pretende adaptarse a los retos que el mundo de hoy plantea y elegir, al mismo tiempo, a su nuevo superior general. El holandés Peter-Hans Kolvenbach cede el testigo tras 25 años al timón y hoy 225 jesuitas de todo el mundo abrirán en Roma la Congregación General 35 (CG 35), su órgano supremo de gobierno, donde iniciarán las deliberaciones de las que saldrá el nombre del próximo «Papa negro», apelativo con el que se conoce al líder de la Compañía de Jesús. La Congregación General sólo se convoca para tratar asuntos de especial importancia o para elegir a un nuevo superior general, como es el caso. El cónclave no tiene fecha de cierre; puede durar semanas o meses. De los 225 participantes, 217 podrán votar en la elección del nuevo general y los ocho restantes intervendrán sólo en el debate del temario. Los asuntos que se abordarán en la CG 35 provienen de los «postulados» o peticiones que cualquier jesuita, participe o no en la Congregación, puede enviar antes de su comienzo. En la reunión de este órgano participarán 28 jesuitas españoles, de los cuales 16 representan a las cinco provincias jesuitas que existen en España. El resto representan a otras provincias en las cuales viven y desarrollan su trabajo. En esta ocasión, la primera parte de la Congregación se dedicará a la elección del sustituto de Kolvenbach. Aunque se trata de un cargo vitalicio, las constituciones de la Compañía de Jesús contemplan la elección de un nuevo general en caso de fallecimiento, por enfermedad grave o la posibilidad de renuncia si el general lo considera conveniente «en conciencia». Renuncia Kolvenback, después de obtener el consentimiento del Papa y escuchar a sus consejeros y provinciales, ha decidido presentar su renuncia aduciendo su avanzada edad y la larga duración de su gobierno. A punto de cumplir los 80 años, más de una cuarta parte de su vida la ha dedicado al generalato de los jesuitas. Su antecesor, el legendario Pedro Arrupe, que dirigió la orden entre 1965 y 1983, presentó su renuncia por grave enfermedad. Como aportación, el generalato de Kolvenbach «ha logrado normalizar de nuevo las relaciones con el Vaticano, tras los problemas surgidos al final del generalato anterior», indica la Compañía. También ha logrado la apertura de las instituciones jesuitas a los laicos. En el proceso de elección del nuevo prepósito general no existen candidaturas ni campañas. Es más, está prohibido realizarlas a favor o en contra de alguien. Para la elección del nuevo responsable supremo de la Compañía, la Congregación presenta un examen de la situación actual de los jesuitas y de los principales retos a afrontar. Con este diagnóstico de la situación se diseña el perfil y las aptitudes deseables del nuevo general. Después, se inician unos días de intercambio y conversaciones entre los participantes, hasta el momento de la elección, que se realiza por votación secreta y precisa de mayoría absoluta. Se estima que el proceso de elección del nuevo mandatario supremo de la Compañía se complete, aproximadamente, en dos semanas a partir del inicio de la CG. Diversidad La celebración de una CG es un «acontecimiento excepcional» para la Compañía de Jesús. Además de los trabajos que diseñarán el futuro de la orden religiosa, posee el valor de ser un encuentro de personas procedentes de contextos geográficos, sociales, culturales e incluso religiosos muy diferentes. Esta diversidad se ejemplifica en la 35 GC con más de 45 lenguas maternas entre los participantes. El inicio de la Congregación se realizará con una misa inaugural que tendrá lugar el 7 de enero en la Iglesia del Gesú de Roma. La fecha de su conclusión es un enigma y está en manos de las propias deliberaciones de la Congregación. Los trabajos se llevarán a cabo en la Curia General de la Compañía de Jesús, situada en Roma. La CG no se convoca periódicamente, como en el resto de órdenes religiosas, sino a la muerte del prepósito general o para tratar asuntos de «especial importancia». El poder de la Congregación es legislativo (promulgar leyes para toda la Compañía de Jesús, cambiarlas e interpretarlas correctamente) y sus decisiones reciben el nombre de «decretos», que son de valor universal y perpetuo y sólo pueden ser cambiados por otra CG. Los miembros de la CG proceden de la curia general de Roma y de todo el cuerpo de la Compañía. Participan el prepósito general, los consejeros generales, los asistentes regionales y los provinciales. Además participan uno o más representantes elegidos en cada una de las 91 provincias o regiones de la orden. Las provincias con mayor número de jesuitas pueden tener hasta seis representantes en la CG. En este caso, son las provincias de Italia y Castilla (España) las que cuentan con mayor número de electores (5). Según los participantes españoles, el perfil del nuevo general de los jesuitas debe reunir como características ser un «hombre de Dios y de Iglesia, del siglo XXI, con apertura internacional, buena salud y líder apostólico capaz de tomar decisiones». La votación del nuevo superior general es secreta, y en caso de no lograr mayoría absoluta en el primer escrutinio se sigue votando sólo entre los que han obtenido algún voto, y así sucesivamente, entrando en votación sólo aquellos que han aparecido en la anterior. Dicen las normas que puede salir elegido cualquier jesuita del mundo que haya emitido los cuatro votos (los tres de los religiosos y el de fidelidad al Papa en los temas relativos a la misión), pero la práctica revela que siempre es designado uno de los presentes en la asamblea general.

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