Diario de León

Valle del Ladakh

Por la ruta de los zanskaries

«Rezo a todos los budas para que pare de nevar o quedaremos aislados en uno de los más remotos lugares del Himalaya»

Publicado por
Jesús Calleja
León

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Hola amigos os escribo desde posiblemente uno de los lugares mas aislados del planeta. Estoy metido en mitad de la cordillera del Himalaya en pleno invierno, sometido a unas nevadas brutales y a temperaturas imposible de adaptarse, pero lo que hace que el lugar donde me encuentre sea uno sin duda de los mas remotos del planeta es que estoy en mitad de un río helado lleno de trampas, peligros, temperaturas que pueden oscilar por la noche entre los -30 a -40º C, y mucha nieve que no ha dejado de caerme encima durante todos los días que llevo caminado por la única vía de acceso a la que es sin duda la población más aislada del Himalaya en invierno: El Valle del Zanskar. Dicen que viven unos 2000 personas y durante muchos meses sólo se pueden comunicar con el exterior, en este caso con el valle vecino del Ladakh a través de un río muy bravo y caudaloso que en verano es inviable, pero que en invierno se convierte, en la única ruta de los zanskaries para comerciar con el valle del Ladakh su preciada mantequilla de yak (bóvido característico del Himalaya). Para entrar en el río se organizan pequeñas caravanas de expertos zanskaries para librar los temidos y constantes peligros que se encuentran en la ruta. Y este año el primer grupo que se ha adentrado en el río es el mío, compuesto por mi amigo y cámara de Cuatro, Emilio Valdés, mi amigo Ladakhi Phuntsog y 8 porteadores. Nos hemos adentrado en el río el día 5 de enero y hasta hoy no he podido entregaros ninguna crónica porque el cauce del río discurre por una angosta garganta blindada de paredes de roca verticales donde no entra ni un rayo de sol, y menos las ondas del satélite. Pero hoy estoy en la mitad de río y se ha abierto por primera vez, y he aprovechado para que compartáis gracias a la tecnología nuestras aventuras de Desafio Extremo. E l día 5, como decía, entramos los primeros en el río contra toda lógica pues no estaba congelado del todo y los lugareños desaconsejaban iniciar la temida travesía, pero decidimos emprender la aventura, porque sólo dispongo del mes de enero y se me echaba el tiempo encima, y los porteadores que contraté me decían que alguien tiene que ser el primero todos los años, así que nos metimos en el lío, y nunca mejor dicho, porque hemos sufrido lo que no está escrito. El río no estaba en las condiciones idóneas y hemos escaldo acantilados, nos hemos encaramado a los laterales verticales del río dejándonos las uñas, para sortear pasajes sin hielo, pero a medida que hemos avanzado el río ya estaba más congelado dándonos mas seguridad a pesar de las muchas trampas que todos los días salvamos. Pero ahora el problema mayor que tenemos es que lleva nevando cuatro días y tenemos que abrír huella de nieve encima del hielo, dificultándonos la visión del hielo, y sobre todo que llegamos extenuados a los campamentos que no son otra cosa que cuevas al aire libre donde dormimos al raso junto a hogueras que nos dan la vida para soportar el intensísimo frío. Ahora nos queda la mitad de esta garganta helada por recorrer, y rezo a todos los budas para que pare de nevar porque si no quedaremos aislados irremediablemente en este remoto lugar del Himalaya profundo perdido en los mapas. Necesitamos de tres días más y que mejoren mucho las condiciones climáticas para decir que estamos salvados. Estamos en el corazón del Valle del Zanskar habitado por estas gentes de origen tibetano que viven al margen del mundo y completamente asiladas. Tengo ganas de llegar para conocerles, visitar sus misteriosos monasterios con monjes -que tienen ciertos poderes según dicen-, y descubrir paisajes únicos, y sobre todo quiero tener las sensaciones de estar viviendo una aventura increíble en pleno siglo XXI. Estar atentos que os seguiré informando. ESCRIBE: Siga la aventura en: www.jesuscalleja.es

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