Diario de León

Los científicos comprueban que el nivel de salinidad del agua se ha incrementado desde los 90

El Mediterráneo se calentó y subió en medio siglo ocho centímetros La industria española tacha de «inadmisibles» las exigencias medioambientales de la UE

El Instituto Español de Oceanografía publica las mediciones hechas desde 1948

Una de las últimas manifestaciones en el Líbano para protestar contra el cambio climático

Una de las últimas manifestaciones en el Líbano para protestar contra el cambio climático

Publicado por
Arantza Prádanos - madrid j. a. b. | madrid
León

Creado:

Actualizado:

Malas noticias para los escépticos del cambio climático, si es que aún quedan. El Mediterráneo se calienta, aumenta la salinidad y su nivel sube, como el resto de los mares del planeta. No son teorías ni predicciones, son mediciones recopiladas de forma sistemática, año a año, desde 1948. Esas cifras fueron presentadas este viernes por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y sentencian que las aguas del mare nostrum se han caldeado hasta medio grado en el último medio siglo, y elevado su nivel 8 centímetros, de media. Los datos se agrupan en Cambio Climático en el Mediterráno español, un estudio exhaustivo compilado por 17 investigadores españoles del IEO, el Instituto de Ciencias del Mar, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, universidades e Instituto Nacional de Meteorología, entre otros organismos. Manuel Vargas, físico del IEO y coordinador del trabajo, explicó que el calentamiento del Mediterráneo no se limita a las capas superficiales de la columna de agua, donde alcanza los 0.5ºC, sino también a las profundidades, donde la subida térmica en estos 50 años es de 0.1ºC. «Puede parecer poco pero en realidad es muchísimo porque hay que tener en cuenta la inercia térmica del mar, así que incrementos pequeños de temperatura requieren gigantescas cantidades de calor», explicó. Es la lógica del calentamiento global. Los mares del mundo actúan como un gigantesco sumidero de CO2 y absorben casi el 84% del calor generado por la acumulación de éste y otros gases de efecto invernadero liberados por la quema de combustibles fósiles y la industrialización. El 16% se traduce en el incremento de las temperaturas atmosféricas, las que nos hacen sudar, y en el deshielo de los polos. Nivel La crisis climática también ha elevado el nivel del Mediterráneo; de media, 8 centímetros, aunque varía entre los 16 centímetros medidos en el Mar de Alborán y costas andaluzas, y los cuatro en el litoral catalán. Son registros que cuadran con los cálculos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU, según el cual el nivel de los océanos subió 17 centímetros en el siglo XX, en promedio. Es pura física, recordó Vargas. El calor, además de fundir las grandes masas heladas del planeta, dilata los cuerpos y el agua caliente ocupa más volumen que fría. También acentúa la evaporación y, combinado este efecto con un descenso en el régimen de lluvias en el área mediterránea, y el menor aporte de agua dulce de los ríos debido a embalses y presas, da como resultado un mar cada vez más salado. Los científicos han observado que los incrementos de temperatura, nivel y salinidad del Mediterráneo se han acelerado a partir de los 90, después de unas décadas en que, por sus características específicas, de mar semicerrado, no acusaba el cambio climático como otras grandes masas de agua. «Desproporcionadas» e «inadmisibles». Con estos calificativos altisonantes la industria española aireó este viernes su monumental enfado con la Comisión Europea por el último paquete de medidas que ésta pretende acometer para luchar contra el cambio climático. A su juicio, a cambio de unas mejoras de índole menor y en absoluto globales, «que tan solo desplazarán geográficamente los focos de emisión de gases de efecto invernadero», se va a mermar «drásticamente» la competitividad de este sector y a «destruir cientos de miles de puestos de trabajo». En un comunicado respaldado por las asociaciones representativas de los sectores de la siderurgia, la química, el refino, el papel, el cemento, la cal y derivados, la cerámica, los ladrillos y las tejas -que, en conjunto, facturan más de 100.000 millones de euros al año, generan el 20% del producto industrial bruto y facilitan más de 500.000 empleos directos-, estas muestran su apoyo, si bien crítico, a los esfuerzos de la Comisión, pese a advertir que cualquier política limitada sólo a Europa tendrá un impacto «menor» sobre el cambio climático. El problema, aducen, es que desde Bruselas sus argumentos han sido despreciados a la hora de revisar la directiva europea sobre comercio de (licencias de) emisiones contaminantes de CO2. Como resultado de esa falta de diálogo se han programado unas medidas que, a juicio de la industria, supondrán un impacto negativo tanto en los costes directos como en los indirectos, que a su vez «lastrará» el futuro del conjunto del sector. Cambio de decisión Por ello, instan a la Comisión a recapacitar su decisión inicial y adoptar una nueva estrategia, que a su vez genere un clima que favorezca las inversiones y la innovación, «garantes» del desarrollo competitivo y sostenible de las empresas. Así, tras advertir que las empresas «no pueden depender de hipotéticas conclusiones de futuros estudios y negociaciones», la industria española reclama a la Comisión que se asignen derechos de emisión «gratuitos» a nuestras empresas (las europeas), al menos mientras no haya un acuerdo internacional que «asegure» que las economías emergentes se comprometan a objetivos similares a los de la UE.

tracking