Diario de León

Diario de una aventura Desafío extremo Valle del Zanskar CORNADA DE LOBO

En lo más remoto del Himalaya Virgen del Rencor

Por delante me esperan muchas sorpresas y aventuras, pero seguro que la mayor de todas va a ser salir de este lugar si las condiciones meteorológicas no mejoran pronto

Publicado por
Jesús Calleja PEDRO GARCÍA TRAPIELLO
León

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Amigos, antes de deciros desde donde os escribo prefiero contaros cronológicamente que me ha pasado desde mi ultima crónica. Como sabéis, cuando llegamos a Lingset, tuve la sensación de haber descubierto un mundo perdido en mitad de la cordillera del Himalaya, de una belleza inimaginable, pero mi primer objetivo era llegar al gran valle del Zanskar o, mejor dicho, a las tierras bajas del Zanskar. A las siete de la mañana ya estábamos en pie. El más viejo y experto de los zanskaríes dice que el intensísimo frío de la noche nos dejará pasar, pues el tramo que ayer era sopa de hielo. Hoy es un frágil pero solido paso. Nos damos mucha prisa en desayunar un té y poco más, pues queremos aprovechar las condiciones de frío para realizar la travesía del tramo que ayer no tenía hielo. Es una travesía muy, muy peligrosa. Puedo resbalar en cualquier momento. Tengo las pulsaciones a doscientos y los zanskaríes hacen gestos a cada movimiento que hago. Consigo pasar. Phuntchok viene detrás asegurando con cuerda todo el tramo, y establecemos una vía segura para los porteadores. Me quito el sombrero ante Emilio que ha estado encaramado en un difícil punto para grabar toda la secuencia. Caminamos durante otras seis horas más. La visibilidad era casi nula, la ventisca arreció y ya nadie hablaba. Emilio y yo avanzamos delante para abrir huella, y quizás nuestro exceso de celo hizo que poco a poco nos alejáramos de grupo, hasta separarnos más de una hora. Nosotros sí vimos donde la huella de dividía en dos y cogimos la senda buena, llegando a Pidmo, primer pueblo a la salida de la terrible garganta del Zanskar. Por cierto, somos los primeros que esta temporada realizamos la ruta del río helado. Los porteadores vieron nuestra huella y también lo consiguieron, pero mi amigo Phuntsog y Arguiñano -Dorge es su nombre- siguieron rectos, ya comenzando la noche. Se perdieron¿ Llegaron todos los porteadores y nos dimos cita en una de las casas de los habitantes de Pidmo, el primer pueblo del valle del Zanskar. Pero, ¿y Phuntsog y Dorge? Salimos en su búsqueda hasta que de repente vimos luces, más luces que la de los dos jinetes. Nos preguntamos quién sería. Corriendo fuimos a su encuentro y descubrimos a una caravana de zanskaríes que venían de Zangla con intención de realizar la travesía que nos ha traído hasta aquí, pero que evidentemente abortan y esperaran a mejores condiciones climáticas antes de meterse en la ruta helada. Y, sorpresa, en el grupo están los dos jinetes, y también distingo a Phuntsog y Arguiñano. Casi lloro de emoción. Los han encontrado los de la caravana y es posible que les deban la vida. Juntos regresamos al pueblo de Pidmo. Ahora a cenar, a dormir y mañana a disfrutar de haber llegado al lugar posiblemente más remoto del Himalaya en invierno. Por delante me esperan muchas sorpresas y aventuras, pero seguro que la mayor de todas va a ser salir de este lugar si las condiciones meteorológicas no mejoran. Es 17 de enero y ya anocheciendo. No ha parado de nevar ni un solo instante y la nieve llega a la cintura. Tengo que llegar a Zangla como sea. Hoy lo intentamos pero la fortísima ventisca y la gran cantidad de nieve nos hizo dar la vuelta a la hora de partir. Lo intentaremos de nuevo a caballo, pues tengo que hacerme con comida y combustible, ya que las fuertes nevadas nos dificultarán encontrar leña para el regreso por la ruta helada. Y además quiero conocer a un rey que vive en esa aldea. Esto os lo contaré en la próxima crónica, que no sé cuándo será, pues si no sale el sol y ya casi no tengo energía en mi ordenador y en el equipo satélite. Os seguiré informando a todos desde el aislamiento obligado del Himalaya más remoto. ESCRIBE: Siga la aventura en: www.jesuscalleja.es LOS TENDIDOS del pepé roen estaca, están divididos, y no sólo porque los haya de sol y sombra, tendidos con su barrera de entrada cara y purángano en comisura o con su balconcillo de papo gallinero, tartera de tortilla, charanga y bota, o sea, vota. También hay divisiones al bies (transversales, dicen ahora) como el corte del navajazo que se traza en el aire en algaradas y tenidas de rinconada o como el que ha salido del puñal veneciano de pedrería fina que llevaba al cinto un encabronadísimo Otelo Gallardón que ahora se ha tirado a la lírica trágica de los celos tristes tras un monumental ataque de cuernos que jamás superará... y ¡ras!, de atrás alante ha ido el corte entre los tendidos, esa sajadura que no quiso ser estocada... por ahora. En mitades se sirve esta vida: blanco y negro, noche y día, el bien y el mal, partido de fútbol o programa rosa... la dictadura de lo binario reina en la informática y hasta en la mejor de las familias que no tenga dos mandos de tele. Nuestra historia son dos historias... o doscientas treinta y cinco; y de las dos Españas que Goya y Machado pintan en aguafuerte o en verso fatalista, una te helará el corazón. Comprobado. ¿Y la otra?... La otra te lo quema... o te lo abura. El burgomaestre de los Madriles ¿cómo lo tendrá?, ¿escarchado o charruscado?... Calculadamente satisfecho. Su espantada no fue arrebato. Es de diseño, viejo y frío diseño, así que si la ruina electoral que se persigue surte su efecto, adiós Rajoy, adiós. Y será su momento gallardo. O no, que la patrona de su santuario popular (y de la mitad de las tierras españolas) es la Virgen del Rencor Perpetuo (la otra mitad de las tierras honra a la Virgen del Castañazo Bendito porque dicen que son más prácticos y no se detienen en barras, barreras o poesías). Mientras tanto, vista a los tendidos: persiste la división de opiniones. La mitad está pidiendo la oreja de Rajoy, pero la otra mitad exige el rabo de Gallardón y no sólo porque algunos ya le tengan bien comparado con Sarkozy I el Galante-exultante-resultón, o sea, temiéndole como remedo ibérico, como un Albertón el Temible en tocando faldeos y amoríos... o presidencias. Mientras, Zapatero hace su novena y su tedeum a la Virgen del Maná, patrona de su suerte (según Felipe González, la suerte es su principal virtud).

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