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Publicado por
Antonio Núñez
León

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LOS QUE FUIMOS desasnados en quintas anteriores a la Logse andamos esta campaña electoral un tanto perplejos a cuenta de si la economía va bien, según Zapatero, o fatal, según Mariano. «Tirad p'alante, so borricos», nos dijo ayer la señora maestra cuando fuimos a preguntarle en clases de recuperación: «la economía va, y punto». No hay como tener las ideas claras. Contando primero con los dedos, luego con los palotes del pizarrín antes de que las pizarras se pusieran de moda para retejar el boom de la construcción y, finalmente, por la cuenta de la vieja a algunos nos entró a duras penas en la mollera que dos y dos son cuatro. Si hubiéramos espabilado un poco más y aprendido la regla de tres habríamos llegado a subdelegados del Gobierno o, en su defecto, a líderes de la oposición local para hacerle al otro la cusca y la prueba del nueve, que tampoco era manca. ¿Dos y dos siguen siendo cuatro? Es la duda que nos asalta en campaña. «Ser o no ser, he ahí el problema», suspiró el otro día en la barra del bar después de ver el telediario el último de la clase, que en su puñetera vida ha leído a Shakespeare. Y tiene toda la razón, porque las cuentas de Zapatero y Mariano no cuadran. «Sólo sé que no sé nada», se encogió de hombros socráticamente de hombros el tabernero. A lo que un tercero del PSOE remachó con mucho talante, por si dialogando le caía otra ronda, «no digamos que digamos, pero tampoco digamos que digamos». Este va camino de presidente del Gobierno. Porque, vamos a ver ¿Han subido el pan, el pollo, la leche un huevo y no digamos el conejo de comer desde que lo recomendó el subsecretario Puxeu estas navidades, dándose un atracón de demagogia. De las hipotecas más vale no seguir hablando y, en lo que respecta a pensionistas y mileuristas, a los primeros se les acartona la cartilla de ahorros de forma paralela a las arrugas de la vida y los segundos lo tienen crudo para comprar un cartón de leche. Ha dicho Zapatero que no es patriótico generar pesimismo sobre la economía, porque es como echar a rodar una bola de nieve. En el mejor de los casos hasta puede que se lo crea él mismo, pero el consejo llega tarde porque lo de ahora no es ninguna bola: estamos en plena avalancha. Otro optimista es Solbes, segun el cual la economía se enfría, pero no tanto. Si, como dicen los clásicos, un optimista sólo es un pesimista mal informado, en vez de andar por ahí dejando rácanas propinas podría preguntarle al camarero cuánto le ha subido la calefa o la gasofa del buga. Hay mucho camareta desaprovechado como asesor económico del Gobierno. Tal como andan las cosas, se nos ocurren desde aquí algunos consejos prácticos para educar a la ciudadanía. Si es usted pensionista o mileurista patriota, de esos que votan a piñon fijo, háganos caso y compre los plátanos y la pescadilla en un supermercado de izquierdas, porque siempre le saldrá más barato que en otro del PP. En cuanto a la hipoteca, cámbiela también a un banco de izquierdas y quedará a salvo de números rojos. Según el Gobierno, obrar así es de patriotas y, en llegando a fin de mes con el sueldo, alcanzaría usted la categoría de héroe. Una retirada a tiempo es una victoria, tal como decía también Napoleón, así que se ha producido una caída brutal de las bolsas y del consumo, mientras el dinero, que es muy miedoso, se refugia en el oro, cuya cotización alcanza records históricos estos días. Quién le iba a decir a muchos matrimonios que lo de «hasta que la muerte os separe» no iba por el cardenal Rouco, sino por la hipoteca de Botín y, mal que nos pese a todos y a todas, por la revalorización de la onza del anillo de compromiso. Es lo que no para de repetir mi suegra ahora que estamos de rebajas: «hija, si en vez de casarte, te hubieras ido de compras...». De acuerdo con las teorías económicas del Gobierno el IPC del 4,2% (en León del 4,8%) es antipatriota, el batacazo de la construcción un tránsfuga, la subida del paro una deserción en masa y Bolsa una tirada peor que la gitana de la falta moneda. Con estas premisas y como vuelvan a ganar estos dentro de mes y pico nos espera otro plan quinquenal como para apuntarnos a la Caritas de Rouco. Según las encuestas, la mitad de los españoles están de rebajas electorales y la otra mitad en la cuesta de enero y es posible que sean verdad ambas cosas, pero no que vendan duros a cuatro pesetas, a ver si nos entendemos. Lo dicho, como vuelvan a ganar estos y palme Mariano, se espera otro plan quinquenal de lo más patriótico. Del estilo de «hombre al agua», según la teoría de Narbona y Zerolo, cada cual en su papel, las mujeres y los niños primero. Sálvese quien pueda.