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La ganadería también debe adecuarse a prácticas limpias para contaminar menos

Las emisiones agrícolas suponen del 17 al 32% de los gases de efecto invernadero

El uso masivo de fertilizantes degrada el suelo y dispara las emisiones de óxido nitroso

Publicado por
T. Fernández - león
León

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Las actividades agrícolas y ganaderas son causantes de buena parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. La contribución de la agricultura al cambio climático, incluyendo la deforestación y otros cambios de uso del suelo, se estima que oscila entre 8.500 y 16.500 millones de toneladas de CO 2 equivalente, o lo que es lo mismo, entre el 17 y el 32% de todas las emisiones nocivas a la atmósfera. í se recoge en el informede Greenpeace «Agricultura y cambio climático: impactos climáticos de la agricultura y potencial de mitigación», elaborado por el profesor Pete Smith de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido) y uno de los principales autores del último informe del IPCC, en el que se detallan las prácticas destructivas de la agricultura industrial y presentan soluciones factibles para ayudar a reducir su contribución al cambio climático. Se trata del primer documento que detalla los efectos directos e indirectos que sobre el cambio climático tiene el actual modelo de agricultura y de ganadería. La conclusión más importante es que la agricultura tiene un elevado potencial para pasar de ser uno de los mayores productores de gases de efecto invernadero a un sumidero neto de carbono. La agricultura industrial basada en un uso intensivo de químicos degrada el suelo y destruye los recursos que son fundamentales para la fijación de carbono, como los bosques y el resto de ecosistemas. Las mayores emisiones directas de la agricultura se deben al abuso de fertilizantes, a la destrucción de ecosistemas para obtener nuevas tierras, a la degradación de los suelos y al modelo de ganadería intensiva. Más de la mitad de los fertilizantes que se aplican a los suelos se dispersa en el aire o acaba en los cursos de agua. El óxido nitroso (N 2 ) es uno de los gases de efecto invernadero más potentes, con un potencial de producción de calentamiento global unas 296 veces mayor que el CO 2 . Las emisiones de N 2 representan el mayor porcentaje de contribución agraria al cambio climático: el equivalente a 2.100 millones de toneladas de carbono al año. Además, la producción de fertilizantes, que es energéticamente muy demandante, suma otros 410 millones de toneladas equivalentes de CO 2 . Deforestación La agricultura tiene también graves efectos indirectos sobre el cambio climático. La tala de ecosistemas forestales para obtener tierras para pastoreo o producción de cosechas para piensos, alimentación humana o uso industrial elimina sumideros de carbono e incrementa el calentamiento global. Esto es especialmente grave en el caso de la destrucción de los bosques húmedos tropicales, en los que se han eliminado inmensas áreas a un ritmo alarmante, para alimentar la ganadería intensiva, cultivar soja o aceite de palma para producir biocombustibles. La segunda mayor fuente de emisiones agrícolas es la ganadería. Al digerir los alimentos, los animales producen gran cantidad de metano y, si se mantiene el actual aumento de consumo de carne, sus emisiones seguirán creciendo durante décadas. El ganado vacuno y ovino tiene un elevado impacto sobre el cambio climático. Cada kilo de vacuno producido genera 13 kilogramos de emisiones de carbono, mientras que por cada uno de ovino se emiten 17. El informe detalla soluciones como las prácticas agrarias sostenibles que fijan carbono en el suelo o la reducción del uso de fertilizantes.