El caso Delgado no es único

Casos como el de Tomás Delgado, el conductor que atropelló mortalmente al joven Enaitz Iriondo y que reclamó 20.000 euros de indemnización por desperfectos en su vehículo, no es el único. El pasado diciembre, el juzgado de Instrucción de Segorbe (Castellón) recibió una denuncia similar de un vecino de Viver por la que pedía casi 7.000 euros a los padres de una mujer que falleció arrollada en la autovía Mudéjar, más conocida como la A-23, en dirección a Teruel. El juzgado ha admitido a trámite la denuncia y ha fijado la fecha del juicio para el 6 de marzo, tres días después del aniversario de la muerte de la víctima, de 34 años y vecina de Soneja. El suceso ocurrió a las 22:40 horas del 3 de marzo pasado cuando el conductor, José Antonio M, circulaba en un Mercedes y tras salir de una curva embistió a la víctima que caminaba «de forma indebida» por el arcén de la autovía. La sentencia que absolvió al conductor señaló que la mujer «no portaba ninguna prensa reflectante», unido a la falta de alumbrado y que esa misma noche se produjo un eclipse lunar que complicaba la visión. El juzgado rechazó el jueves la solicitud de la familia en la que reclamaba la suspensión del juicio. Según manifestó su abogado, «no entienden ahora que, encima de que su hija está muerta, aunque se haya demostrado que el accidente fue culpa suya, les pida dinero el conductor». Pero este segundo caso no es el único, ya que un vecino de Lliçà d'Amunt que perdió una pierna en un accidente de tráfico en 2005 se enfrenta ahora a la demanda del conductor del vehículo que le atropelló que le pide unos 5.000 euros en concepto de daños al turismo. El accidente ocurrió en febrero de 2005 cuando Manuel Rodríguez García, de 57 años, y unos amigos salían de un gimnasio en Polinyá (Barcelona). «Crucé la calle y en medio de la carretera me pilló un turismo que me dio en la pierna y me arrastró unos cuarenta metros más allá», ha explicado Manuel Rodríguez. Como consecuencia del accidente, Rodríguez perdió la pierna izquierda, en la que lleva una prótesis, y en la derecha le han hecho diferentes operaciones que le obligaron a permanecer ingresado cerca de un año en el Hospital Parc Taulí de Sabadell y en la residencia anexa para rehabilitación. Vída complicada En su casa necesita ayuda para las tareas de la vida cotidiana. «Me tienen que ayudar en todo. Yo solo no puedo hacer nada, ni vestirme ni ducharme, ni nada», ha explicado este vecino de Lliçà d'Amunt. Manuel Rodríguez ha añadido que se encuentra en tratamiento médico y le ha cambiado la vida hasta el extremo de que no tiene «ánimos para nada». Como consecuencia de las secuelas del accidente Rodríguez cobró una indemnización de 28.000 euros, pero ahora el conductor del turismo le pide cerca de 6.000 euros por daños al vehículo. «Un mes o así después del accidente llegó la primera carta en la que me pedían unos 5.800 euros en concepto de daños al coche», recuerda. El juicio por la reclamación de daños se celebrará el próximo 21 de marzo en los juzgados de Sabadell, donde la víctima y el conductor del coche se verán cara a cara por primera vez tras el siniestro. Manuel confía en que casos como el suyo sirvan para que no se repitan estas situaciones «porque esto traspasa los límites de los sentimientos».