Diario de León

EL AULLIDO

El 24 de abril (de mil novecientos noventa y nunca) 1397124194

Publicado por
LUIS ARTIGUE
León

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«LA HISTORIA ES de quien la paga» acostumbra a decir ese discípulo aventajado de Margarita Torres llamado Daniel Manceñido, tipo ponderado y expectante como los jesuitas de Versalles, asceta aspirante a sabio con modales calvinistas, historiador joven aunque eso parezca una antítesis y sobretodo erudito leonesista que, como posee inteligencia y elaborados argumentos, siempre dice sin decirlo que para tener razón no hay por qué ser radical. ¿Para qué llegar más lejos si no se llega más hondo? Pero lo cierto es que, ahora que la UPL lleva su leonesismo cada vez más allá, este ideólogo intimista bien parece una metáfora que enseña que otro leonesismo es posible pues encarna la moderación, el amor por las formas y la finura ideológica en un partido político que, ahora más que nunca, necesita movilizar esos valores en el fuero interno de sus dirigentes para que no lleguen a rozar el esperpento. Y es que convertir el 24 de abril en fiesta, recordatorio y cantar de gesta con el añadido postizo de que dicen que fuimos los primeros en levantarnos contra el invasor francés, no parece una exageración sino más bien -dicho sea con el más constructivo de los ánimos- un revisionismo esperpéntico. Y es que a la política, cuando se relaciona con la Historia, lo que le va es la exageración. Y toda una exageración histórica es, por ejemplo, la fundamentación de esta comunidad autónoma de Castilla y León en la que estamos pero de la que no somos, mas como por lo general nuestra memoria histórica es de pez pronto nos olvidamos de esa fundamentación hecha a base de lateralizaciones y manipulaciones de la Historia del tipo de las que realiza asiduamente la Fundación Villalar. De todos modos ahora la UPL comete un craso error al emplear la misma táctica de aquellos a quienes critica pues, al exagerar tanto lo ocurrido en esa fecha del 24 de abril, se está convirtiendo en una Fundación Villalar a la inversa¿ ¡Qué cerca están siempre la exageración y el esperpento! Si bien es cierto que en política a veces la exageración es necesaria para hacerte notar y para que te tomen en cuenta, la UPL parece haberse pasado en este punto algunos pueblos y por eso creemos que necesita volver a la «senda Daniel Manceñido»¿. Desde el rigor, a la larga, se consigue mucho más que desde la radicalidad y la explotación del victimismo. Cierto es, y los resultados electorales en León lo vienen atestiguando ya desde hace años, que la pasión identitaria leonesa no es patrimonio exclusivo de nadie pero la rentabiliza electoralmente UPL y le toca gestionarla políticamente sobretodo a ese mismo partido. Pero visto desde fuera en ese partido la pasión identitaria se vive de dos formas: o cimentada en la Historia, la cultura, el futuro y una mezcla de razón y emoción -así hay entre sus filas militantes y políticos dotados de una agudeza argumental repleta de sentido común y perspectiva- o asentada en un espíritu casi futbolero que engendra sólo holligans. En este sentido, y trascendiendo la polémica y candente reivindicación ésta del 24 de abril, ha llegado el momento de que se haga fuerte en ese partido el espíritu menos visceral y más institucionalmente formado e informado pues se necesita, para gestionar bien el papel político y cultural que tiene que ejercer esa formación leonesista, muchas cualidades para la conciliación y un espíritu práctico pero cargado de diplomacia, rigor y visión de futuro. El 24 de abril de mil novecientos noventa y nunca no pasó nada que al recordarlo nos refine y nos lleve a ser quienes queremos ser. ¿En vez de ser radicales por qué no vamos a la raíz? ¿Por qué no volvemos a la «senda Daniel Manceñido»?

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