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La osteoporosis afecta al 10 por ciento de la población y especialmente a las mujeres

Cada año se producen en España unas 66.000 fracturas de cadera

La prevención pasa por llevar una dieta rica en calcio y realizar ejercicio físico moderado

Publicado por
M. García león
León

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La osteoporosis se caracteriza porque los huesos se vuelven más porosos y, por tanto, más frágiles y propensos a fracturarse (cadera, hombro, tobillos, costillas, columna vertebral, muñecas). Se la conoce como la «enfermedad silenciosa» porque en la mayoría de los casos no presenta síntomas hasta que se produce la primera fractura. Afecta al 10% de la población, de los que el 80% son mujeres, y causa unas 66.000 fracturas de cadera cada año en España con especial incidencia entre los mayores de 60 años y un coste económico superior a los 800 millones de euros. Aunque la enfermedad puede aparecer en varones de edad muy avanzada (déficit de andrógenos), las mujeres son las principales perjudicadas, especialmente en la postmenopausia, porque la disminución de estrógenos afecta al mantenimiento de la densidad ósea. La menopausia precoz (antes de los 45 años), natural o quirúrgica, tener antecedentes familiares, no haber tenido hijos, ser de constitución delgada, llevar una vida sedentaria, fumar y beber en exceso o haber tenido una dieta pobre en calcio en la adolescencia y la juventud son los factores de riesgo más importantes. Además, algunas enfermedades (diabetes, hipertiroidismo, artritis reumatoide, intolerancia a la lactosa) y el consumo prolongado de ciertos medicamentos (corticoides, diuréticos) incrementan las probabilidades de padecer la enfermedad. Herrera llamó la atención sobre las primeras fracturas, aunque sean pequeñas, ya que son una señal de alarma y constituyen el mayor factor de riesgo para nuevas roturas. La fragilidad ósea y la pérdida de resistencia del hueso, unido a las caídas, causan fracturas de las que las más aparatosas son las de cadera. La vertebral es más frecuente entre las mujeres, que si no son bien tratadas pierden calidad de vida y multiplican por cinco el riesgo de nuevas roturas en el primer año. Prevención La prevención es el mejor tratamiento para combatir la enfermedad y debe basarse en una dieta con aporte de calcio, vitamina D y fosfatos, ejercicio físico y el estilo de vida. El calcio (1.500 mg. diarios en adolescentes y mujeres posmenopáusicas y 1.200 en adultos y embarazadas) ayuda a mantener los huesos siendo aconsejable ingerir lácteos, pescado azul y frutos secos, y la vitamina D es esencial para mejorar su absorción aunque, si existen carencias de ambos nutrientes, el médico puede aconsejar suplementos. El ejercicio físico ayuda a mantener los huesos sanos, el equilibrio y la agilidad. Aunque su intensidad depende de la edad, subir y bajar escaleras, practicar natación, aeróbic o ciclismo son algunos de los más recomendados. En cuanto al estilo de vida, además de no beber y fumar en exceso conviene adoptar medidas posturales para evitar dolores y posibles fracturas.

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