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La demandante afirma que una supuesta infidelidad provocó la amenaza

El Lute niega haber amenazado demuerte y agredido a su ex mujer

El juicio se aplazó ayer por tercera vez ante la i ncomparecencia de dos testigos presenciales

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colpisa | sevilla

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Ni la agredió ni jamás le puso una mano encima. Eleuterio Sánchez, El Lute, negaba así las acusaciones de su ex mujer de haberla golpeado e incluso amenazado de muerte. Antes del juicio, aseguró ser víctima de una «denuncia falsa» al amparo de la Ley de Violencia de Género. Sánchez acusó a su ex mujer de intentar quedarse con su patrimonio y la custodia de sus hijos. La vista fue suspendida, por tercera vez, hasta el próximo 14 de febrero, a causa de la incomparecencia de los dos guardias civiles que hicieron el atestado de la discusión que provocó la denuncia de malos tratos y que no pudieron comparecer ayer. Tranquilo y rodeado de amigos y familiares, El Lute acudió a los juzgados para responder de una denuncia de violencia doméstica presentada el 28 de enero del 2006 por su entonces mujer, M. C. C, por las amenazas proferidas al seguirla y descubrirla con un amigo cuando estaba en Punta Umbría. Según la denunciante, El Lute le dijo entonces: «Yo ya estoy perdido, pero tu estás condenada a muerte». Al interponer la denuncia, la mujer aseguró que días antes se enzarzó con su marido en una discusión, durante la cual él la agredió en la cabeza y las piernas. A preguntas de los periodistas antes de declarar, El Lute insistió en que no tiene conciencia de «haber hecho nada malo», y aseveró que se trata de una denuncia falsa «como tantas» otras con la intención de su ex mujer de «quedarse con la casa y los niños, tener una renta vitalicia». Así, criticó la Ley de Violencia de Género, una «estafa nacional» que es «anticonstitucional porque no mantiene la bilateralidad ni la presunción de inocencia». Reconoció que, tras 18 años de matrimonio, la pareja pasaba por una crisis. «Había un desgaste y se apagó la llama del amor, pero eso no es querellable», apostilló, tras insistir en que su interés era solucionar las desavenencias cuanto antes «por el bien de nuestros dos hijos».