| Crónica | Jornada de clausura |
Un cierre glamuroso
El venezolano Hannibal Laguna derrocha un lujo en sus vestidos de noche que contrasta con el bajo tono ofrecido en general en la última jornada
Hannibal Laguna arrasó en la anterior edición de la Pasarela Cibeles y volvió a arrancar los calurosos aplausos este vierness en el salón madrileño con sus lujosos vestidos de noche, propios de las fiestas hollywoodienses, con derroche de pedrería y brillos. El diseñador venezolano asentado en España aportó glamour, sin salirse de los cánones tradicionales, en la última jornada, un día de bajo tono que concentró también las apuestas de los jóvenes creadores, rompedores en algunos casos, pero de desigual fortuna. Laguna no es un recién llegado. Estuvo en Cibeles en 1990 y por entonces asentó su floreciente negocio en España, con especial dedicación a novias y noche, y una proyección internacional cada vez más firme. Sus propuestas de noche son exuberantes, propias de las estrellas, con abundancia de pedrería y cristal sostenidos sobre los tejidos, que adornan los diseños, lo mismo que el terciopelo y encaje para detalles. Hay vestidos vaporosos, con varias capas en gasas ligeras; otros más rígidos, de triple raso o tafetán metálico, y satén. Domina los pliegues, recogidos o drapeados para las prendas más armadas y los colores son luminosos sin estridencias, en granate, platino, beiges, además de unos elegantes estampados en blanco y negro. La última jornada siempre combina a los creadores más asentados junto con los jóvenes. Los primeros dieron muestras de estar anclados en sus tendencias sin aportar destacada creatividad; y entre los segundos hay de todo, unos pisan fuerte, como las catalanas El Delgado Buil, y otros presentan diseños que no por estrambóticos representan un paso adelante en la costura. Más de lo mismo Sita Murt se mueve en el terreno más comercial. La pasarela se convierte en un paseo de lo que hay en su tienda, todo juvenil, sencillo y en línea con lo que en la calle se ha extendido en exceso: vestidos cortos y amplios, faldas abullonadas, chaquetas cortas con volumen El punto sigue siendo el fuerte de la diseñadora catalana, que exhibió blusas de punto fino y abrigos en lana gorda, ambos en tono lila. La cordobesa Juana Martín entró fuerte en Cibeles con una colorista revisión de las batas de cola flamencas. Los gurus de la moda se echaron encima, reprochándole la vuelta al volante y olé, aunque cose bien. La calle la arropa y la crítica mira con recelo. Por eso, lleva dos temporadas queriendo demostrar que su manera de entender la moda tiene más altura de miras.