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En el proyecto participan diez países europeos y permitirá sustituir las actuales biopsias

La enfermedad celíaca se diagnosticará a través de un moderno chip biosensor

Esta afección no causa la muerte pero puede provocar transtornos graves a los afectados

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a. p. | madrid
León

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Es una de las enfermedades peor diagnosticadas del mundo y eso que su prevalencia es de una por cada cien personas. La afección celíaca o intolerancia al gluten no mata pero puede amargar la vida a quien la padece, provocarle trastornos graves y obligar al paciente a peregrinar de consulta en consulta antes de saber lo que tiene. En España el tiempo medio para llegar al diagnóstico final es de doce años en adultos. En niños, por suerte, mucho menos. Para acortar estos plazos se acaba de poner en marcha el proyecto europeo CD-Medics. Diez países participantes, entre ellos España, cuatro años de plazo y casi 13 millones de euros de presupuesto, 9,5 aportados por la UE y el resto fondos privados, en busca de un chip que permita la detección temprana de la enfermedad y sustituir a las costosas y desagradables biopsias intestinales como método de diagnosis. El chip o biosensor será «un enorme adelanto», dijo este lunes Manuel Márquez, directora de la Asociación de Celíacos de Madrid, participante por parte española en el proyecto, junto con la Universidad Rovira y Virgili, de Tarragona. Con una sola gota de sangre, del mismo modo que las tiras de lectura de glucosa, el biosensor determinará si el paciente es o no celíaco, sus marcadores genéticos y los anticuerpos que desarrollan los enfermos ante las proteínas del gluten, tóxicas para ellos. El chip detectará no sólo la predisposición sino también la reacción de cada individuo a su dieta, de manera que se puedan personalizar los tratamientos. Bache En España existen unos 450.000 enfermos celíacos pero sólo el 10 por ciento está diagnosticado. Casi todos son adultos. En niños los pediatras tienen muy en cuenta la enfermedad celíaca ante señales como falta de apetito y de peso, diarreas crónicas, distensión abdominal, alteraciones del carácter o retraso en el crecimiento, entre otros muchos indicios que pueden aparecer o no. Sin embargo, en adultos es donde existe «un verdadero bache de infradiagnóstico», admite Enriqueta Román, pediatra del hospital de Fuenlabrada (Madrid). La razón es que hay cientos de síntomas gastrointestinales y de otro tipo similares a los de otras muchas enfermedades antes de que el médico o médicos piensen en la intolerancia al gluten y dicten las pruebas pertinentes. Hay veces en que los síntomas son atípicos o pasan desapercibidos. Para salir de dudas ahora hay que pasar por análisis de marcadores genéticos, de anticuerpos y, finalmente una biopsia.

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