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CRÉMER CONTRA CRÉMER

Se acabó lo que se daba

Publicado por
VICTORIANO CRÉMER
León

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DICE EL COPLERO: «Se acabó lo que se daba/ y si a algún hueso de taba no le gustó la función¿». Y la función es y fue lo más importante que le puede suceder a un país al cabo de cuatro años de convivencia más o menos confortable. Cuatro años de gobernación es mucho tiempo y resulta poco menos que imposible que a un pueblo se le someta a una segunda vuelta, después de haber cumplido satisfactoriamente el menester para el cual cada uno de los ciudadanos estaba llamado. El candidato a algo se rompió en múltiples trozos para estar en todas partes y si no lo consiguió fue porque la geografía es muy grande y resulta difícil recorrerla de una sola zancada. Al fin de tantos trabajos y quebrantos, al cabo de tantas apelaciones a la buena voluntad del elector, se confirmó al fin el grupo victorioso, dando mil gracias a Dios y al candidato mil enhorabuenas y desde esta fecha establecida por ley cada mochuelo va a su olivo y el vencido corre a ocultar su desaliento, no sin esperar que las fechas previstas sean marcadas de nuevo, para seguir en la brecha, porque la pugna electoral es más que nada una cuestión de resistencia y el que resiste gana. Se acabaron las promesas de las horas felices que nos esperan en el futuro que se entreabre, para establecernos en el capítulo de los engañados desengañados y los que siempre concibieron la esperanza de que se cumpliera la oración a la Virgen de Fátima para que nos dejara como estábamos desde nuestra infancia, para repetir la operación política y sanitaria al cabo del plazo legal previsto para recuperarnos. Porque siempre estamos recuperándonos y siempre acusamos un cierto quebranto que exige paciencia y resignación cristiana. Volverán para unos las oscuras golondrinas de sus balcones sus nidos a colgar, y regresaran los tiempos muertos para seguir muriendo. Enhorabuena a los victoriosos y alentadores motivos de esperanza confiando en que otros tiempos vendrán que buenos nos harán. Los unos y los otros corramos a recoger los frutos de nuestro trabajo y de nuestras esperanzas y confiemos en que esta vez no seremos defraudados y las promesas cumplidas y las esperanzas cumplidas. Aunque llegados que sean los plazos se retiraran las denuncias y las apelaciones y los que no obtuvieron el favor que se merecieron, quien sabe en la próxima operación acaso, quien sabe, se producirá el milagro y volverán «los nuestros». Que no sabemos todavía quienes son pero que no cabe duda de que alguna vez se producirá la llegada de los Santos apóstoles con sus magnificencias y sus generosidades. Y seguiremos esperando que se cumplan las promesas que se hicieron durante el periodo de los ofrecimientos. Por esta vez, ya no va más, se acabó lo que se daba y si a algún hueso de taba no le gustó la función¿ es la historia que no se acaba. Pero por este año se acabó la función. Enhorabuena para los buenos y que sus promesas se cumplan. Amén.

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