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Mejorar los procedimientos de aterrizaje ayudará a reducir la contaminación acústica

El ruido sigue siendo uno de los grandes problemas ambientales de la aviación

Madrid fue la sede de unas jornadas sobre Transporte Aéreo y Medio Ambiente

Publicado por
T. Fernández - león
León

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Analizar los retos medioambientales del sector aeronáutico para lograr una mayor eficiencia energética y aprovechar las fuentes renovables en instalaciones destinadas al transporte aéreo. Este ha sido el principal objetivo de unas jornadas celebradas en Madrid sobre Transporte Aéreo y Medio Ambiente organizadas, entre otros, por el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) y AENA. En el encuentro, que contó con la asistencia de 300 representantes de la industria aeronáutica, compañías aéreas, instituciones y administraciones, se debatieron los temas que más afectan al transporte aéreo y sus efectos sobre el medio ambiente como propuestas institucionales y normativas; operaciones aéreas y reducción de consumo de combustible, del ruido y de las emisiones; nuevas tecnologías en desarrollo para reducir ruido y consumo combustible, y desarrollo sostenible. Además, se presentaron los proyectos de I+D que está llevando a cabo la industria y algunas compañías, y se propusieron medidas y soluciones para reducir el consumo de energía y las emisiones, la contaminación acústica para, en definitiva, ayudar a hacer viable la denominada política de «cielos limpios». Los representantes del sector aéreo coincidieron en afirmar que el ruido es el principal problema ambiental de la aviación y que la prioridad europea es el equilibrio entre el crecimiento del tráfico y la disminución del impacto acústico. Para disminuir sus efectos, propusieron la adopción de procedimientos operativos que produzcan menos contaminación sonora, siempre que se garantice la seguridad. En este sentido, defendieron mejoras en los procedimientos de aterrizaje como la «aproximación de descenso continúo», con la que el avión desciende continuamente con el motor a ralentí y va a mayor altura que en el descenso escalonado, lo que produce menos ruido. Este sistema reduce la afección acústica en seis decibelios, supone un ahorro de unos 250 euros por aterrizaje y mejora los tiempos de descenso. Ahorro energético El análisis del sector evidencia un constante incremento del consumo de energía especialmente debido al crecimiento de la demanda, focalizándose exclusivamente en productos derivados del petróleo, con el consiguiente efecto negativo en términos ambientales y de dependencia energética del exterior. Además, el sector del transporte aéreo se encuentra, junto con el transporte por carretera, entre los menos eficientes cuando se valora el consumo de energía por pasajero y kilómetro recorrido. Esta valoración es más llamativa en los trayectos cortos y no tanto en los desplazamientos más largos. El transporte aéreo en España supone un 13,3% del consumo total de energía final en el sector del transporte, es decir, algo más del 3% del total de consumo energético. Los expertos creen que aplicando medidas de ahorro energético se puede reducir esta tendencia, como la modificación del sistema de tarificación de combustibles, la incorporación y uso de motores más eficientes, la aplicación de nuevas tecnologías y, sobre todo, la puesta en marcha de técnicas de gestión de los motores en las aeronaves en las fases de despegue y aterrizaje, la renovación de flotas, mejoras operacionales y del factor de ocupación, y la utilización de combustibles alternativos o equipos alimentados con hidrógeno.

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