Diario de León

Topos en la Red contra la pornografía infantil mundial

Internautas con formación en carreras técnicas o ingenierías y un alto conocimiento del sector colaboran con las fuerzas de seguridad en la localización de foros sensibles Las policías

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Carmen Planelles - madrid
León

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Casi 1.500 cibercentinelas de más de 20 países colaboran con las fuerzas de seguridad en la localización de foros de pornografía infantil. Son voluntarios con formación en carreras técnicas o ingenierías y un alto conocimiento de Internet, que navegan en el límite de la legalidad. Internautas que ofrecen una colaboración «extremadamente efectiva» teniendo en cuenta que muchas de las operaciones que se desarrollan por los cuerpos policiales contra la pederastia -más de 400 detenidos en 2007- parten de esa información, explica Guillermo Cánovas, presidente de Protégeles. De las 1.500 informaciones que esta ONG recibe de media al mes en su Línea de Denuncia, procedentes de distintos ámbitos, sólo un 10% son trasladadas a los expertos policiales. «Las que creemos con un contenido útil, ilegal, o que se encuentran alojadas en un país donde hay legislación que permita perseguir el delito», explica Cánovas. Las mejores, las que tienen más detalles, suelen proceder de los cibercentinelas, porque «trabajan en una frontera en la que ni los cuerpos policiales ni nosotros como organización podemos meternos». Ingeniería social Estos internautas actúan motivados porque «una buena herramienta, como es Internet, no se convierta es una especie de ciudad sin ley donde todo valga». Así se explica un cibernauta que utiliza el nombre de David y que se jacta de haber facilitado «en algunos casos usuario y contraseña para acceder a un foro 'cerrado'». Datos muy importantes que se consiguen por «ingeniería social», «haciéndose 'amigos' de uno de estos impresentables» o bien porque «al tomar el control de un foro se han podido recuperar mensajes privados que se han cruzado los usuarios del mismo», explica David. Insiste en destacar que: «no apoyamos, ni impulsamos el uso de métodos ilegales para luchar contra esa lacra». «Otra cosa es que algunos de nosotros tengamos conocimientos avanzados de seguridad informática y los utilicemos para tirar foros, eliminarlos o tomar el control de los mismos bajo su propia responsabilidad», añade. Tratan de fomentar una «cultura de la educación» para que «los menores estén preparados para lo que puedan encontrar en la red», y una «cultura de la denuncia» porque «todos debemos participar en eliminar los contenidos nocivos de la red». Desde Protégeles, Cánovas advierte de que cuando un cibercentinela contacta con ellos le dejan claro que su función es la de localización y nada más. «Ni deben sustituir la labor policial, ni hacer labor de investigación para la que sería necesaria una orden judicial, ni almacenar ni guardar material delictivo». Los cibercentinelas están en una frontera en la que los cuerpos policiales no pueden estar. Los agentes sí pueden entrar en los foros, en una sala de conversación y observar, ver qué información se están intercambiando. «Pero no pueden provocar una conversación sobre el tema. Los 'ciber' sí lo hacen», explica Cánovas. Y lo más interesante es cuando consiguen páginas difíciles de encontrar, camufladas, con el identificativo y la contraseña. «Su información es fundamental, pero siempre que no se generen fuerzas parapoliciales que trabajen en un tema tan delicado», opina el capitán Alfonso de Miguel, del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil. Le preocupa a este responsable policial que, al no existir un grupo organizado de cibercentinelas, una actividad tan provechosa pudiera convertirse en una tapadera para delinquir. «Debería ser de alguna forma fiscalizada, como hace Protégeles que ejerce un filtro muy bueno con los internautas que colaboran con ellos», afirma de Miguel, quien añade que «no me gustaría que alguien que dice haber encontrado determinadas páginas, lo que está haciendo es delinquir para luego decir que es ciberpatrullero». Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, explica que «lo que tiene que hacer un ciudadano es denunciar dónde se está cometiendo un delito. Nosotros nos quedamos en ese punto. Cuando vemos cosas las denunciamos, pero no vamos buscando nada». Tirar servidores, irrumpir en foros o bombardear páginas «no es una práctica que esté en la etiqueta de respeto de Internet», agrega Domingo, quien reconoce, sin embargo, que «casi todos los casos que investiga la policía, tienen su origen en la denuncia de un internauta».

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