Un plan de recuperación pretende reintroducir el quebrantahuesos en Picos
La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCB) y el Instituto de Empresa (IE) han suscrito en la sede de la Universidad SEK de Segovia un acuerdo de colaboración cuyo objetivo es avanzar en la recuperación del quebrantahuesos en los Picos de Europa y conocer los problemas ambientales que pueden constituir una amenaza potencial para la especie. Según se recoge en el acuerdo, FCB aportará el material necesario para el marcaje y posterior seguimiento de los individuos capturados, mientras que IE proporcionará asesoramiento científico sobre el área de estudio, aspectos etológicos, demografía y métodos de captura, marcaje y recolección de muestras de los ejemplares capturados. Además, colaborará en el diseño del método de estudio y seguimiento de los ejemplares marcados, analizará los datos obtenidos y elaborará en colaboración con la Fundación la información científica derivada del trabajo como borradores de artículos científicos para publicar en revistas científicas. Gerardo Báguena, director del proyecto de Recuperación del Quebrantahuesos en los Picos de Europa, ha afirmado que el quebrantahuesos atraviesa en España por una situación de «riesgo», ya que sólo habita en los Pirineos con una población de unos 400 ejemplares, de los que se reproducen la mitad. El quebrantahuesos, que alcanza los tres metros de envergadura, es la única ave del planeta que se alimenta de huesos utilizando una técnica consistente en dejarlos caer desde el aire para que se rompan en trozos adecuados para ser ingeridos. Se distingue de los otros buitres por su peculiar silueta en vuelo, más parecida a la de un enorme halcón, con alas largas, estrechas y angulares, y cola larga de color oscuro en forma de rombo. La mayoría de los adultos tiene la cabeza de color blanco amarillento debido a la costumbre que tiene de teñir su plumaje con barro. Habita en cordilleras apartadas y cría en cuevas de grandes paredes entre 1.000 y 2.500 metros de altura. Tiene un ciclo reproductor de unos 56 días y se calcula que seis de cada diez ejemplares no alcanzan la edad adulta. Alcanzan la madurez sexual a los once años y llegan a vivir unos 25 en libertad y hasta 40 en cautividad.