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El hallazgo ayuda a aclarar cómo se forma el sistema nervioso de los vertebrados

Identifican un gen esencial que ayuda al desarrollo de la retina

Meis1 supone avanzar un paso más en el conocimiento de la biología del desarrollo

Publicado por
M. García león
León

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Un estudio dirigido por científicos del CSIC ha descubierto un gen indispensable en la formación de la retina, un hallazgo que contribuye a aclarar cómo se forma el sistema nervioso en vertebrados y que también puede aportar mayor información sobre el desarrollo de ciertos tipos de cáncer. Según Fernando Casares, del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo y director de la investigación, se describe el papel del gen Meis1 en la proliferación de las células que forman la retina ya que su acción es requerida para la expresión de dos potentes promotores de la proliferación celular, ciclinaD1 y C-Myc. En este sentido, afirmó que «avanzar en el conocimiento de la formación del ojo es importante, por ser la parte esencial del sistema visual y un buen modelo para comprender cómo se construye el sistema nervioso». La razón estriba en su simplicidad ya que, a diferencia del cerebro, la retina necesita para formarse menos tipos de neuronas y de células glía, lo que facilita su estudio. Desde el Departamento de Comunicación del CSIC se indica que el desarrollo de cualquier órgano requiere dos fases. La primera, de proliferación, consiste en la multiplicación de las células hasta conseguir que el órgano tenga un tamaño adecuado. A partir de ahí, las células se diferencian para asumir las tareas necesarias para que el órgano en cuestión funcione. En este contexto, Meis1 es esencial para mantener a las células en la primera fase durante el desarrollo de la retina. La expresión del gen se ha de para permitir que las células de la retina en desarrollo comiencen a diferenciarse. El hallazgo supone un paso más en el conocimiento de la biología del desarrollo, un área esencial de la biología moderna, pero que todavía tiene mucho camino que recorrer. «La comunidad científica no conoce, por el momento, cómo se forma un órgano en detalle, desde el estado rudimentario en que se encuentra un órgano en formación, pasando por la especificación de los distintos tipos celulares que lo componen, llegando a cómo se determina el tamaño y la forma del mismo. No podríamos citar las instrucciones para que se forme, por ejemplo, el ala de una mosca, que es quizá el órgano mejor estudiado», asegura Casares. Leucemias Los científicos recuerdan que la biología del desarrollo es esencial, entre otras cosas, para comprender los mecanismos moleculares de patologías como el cáncer. La investigación sugiere un mecanismo que explicaría cómo Meis1 podría participar en el desarrollo de leucemias amiloides agudas, un tipo de cáncer generado por un exceso de células sanguíneas indiferenciadas. En las leucemias, Meis1 no se en las células madre de la sangre y éstas siguen proliferando indefinidamente. El gen promueve la proliferación celular a través del control de genes clave en el ciclo celular. Casares matiza que se desconocen los mecanismos moleculares que impiden al gen y recuerda que Meis1 podría estar implicado en el origen de otros tipos de cáncer. Asimismo, la eliminación de Meis1 deriva en microoftalmia. Por eso, conocer más sobre cómo se forma la retina y la implicación del gen en su desarrollo podría ayudar a reparar lesiones oculares. En el caso del ser humano, los desgastes y daños en el ojo sólo se curan con ayuda médica. Sin embargo, peces y anfibios son capaces de restañar sus ojos efectivamente, regenerando las partes dañadas. «Quizá el estudio de estas capacidades nos dé pistas para saber por qué nuestros ojos no lo hacen», concluye.