La primavera la sangre altera Condenados tres cazadores por colocar más de 200 cebos con veneno en un coto de Ciudad Real

Que la primavera la sangre altera es uno de esos dichos populares que la ciencia se ha encargado de validar, un periodo en el que el cuerpo responde mejor a los estímulos, incluidos los sexuales. Psicólogos, sociólogos, médicos y, por su puesto, sexólogos son unánimes al afirmar que el acerbo popular, al menos en lo que se refiere a ese refrán, tiene base científica. La primavera, una palabra que viene del latín y que significa primer verano, se caracteriza, como todo el mundo sabe, por un aumento paulatino de las temperaturas y de la luminosidad. Y a más calor y luz mayor aumento de las sensaciones placenteras y de la producción de hormonas, como la melatonina y las feromonas, determinantes para la actividad sexual. La primavera «ánima más, lo que hace es mejorar el carácter, las ganas y animar a salir, a relacionarse. Llega un momento en que la ropa te empieza a sobrar y eso conlleva una mayor predisposición a las relaciones sociales y evidentemente a las sexuales», manifestó Iván Rotella Arregui, portavoz de la Asociación Estatal de los Profesionales de la Sexología (Aeps) de España. Refranero Por esa razón, entre otras, Rotella es categórico al afirmar que el refranero acierta en este caso «al cien por cien», ya que la primavera y el despertar de la naturaleza, así como de los instintos más animales, trae consigo además «más deseo y más enamoramiento». Aunque las consultas al sexólogo aumentan sobre todo después de periodos de vacaciones, especialmente tras el verano o Navidad, ya que es cuando las parejas pasan más tiempo juntas y descubren que «no se soportan», también en primavera suele haber «un pico». Las consultas sexológicas primaverales suelen aumentar un poco a partir de la entrada oficial de la primavera, el 21 de marzo. El Juzgado de lo Penal número 2 de Ciudad Real ha condenado a tres cazadores, dos arrendatarios de un coto y el guarda de la finca, al pago de una multa de 18.000 euros y a tres años de inhabilitación para cazar por haber colocado 227 cebos envenenados en 81 puntos diferentes del coto Pozo Esteban, situado en Torre de Juan Abad (Ciudad Real). La sentencia, dada a conocer ayer miércoles por la Consejería de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, también condena a uno de estos tres individuos a 15 meses de prisión y a su inhabilitación durante ese tiempo para ejercer el derecho al sufragio pasivo. Los hechos, constitutivos de un delito contra la fauna, ocurrieron en la primavera de 2005. Como consecuencia del reparto masivo de estos cebos envenenados con un plaguicida altamente tóxico, el carbofurano, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) encontraron un águila ratonera, un zorro y un cernícalo común muertos. Las consecuencias de esta acción podrían haber sido más nefastas, ya que este coto de caza se encuentra en una «Zona de Importancia» para el lince ibérico y el buitre negro. Según declaró el consejero de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, el Gobierno de esta comunidad «ha declarado la guerra contra esta práctica ilegal que supone graves daños para los ecosistemas y que es una de las principales amenazas para la conservación de numerosas especies de fauna amenazada». El consejero castellano-manchego también recordó la reciente puesta en marcha en esta región de una unidad canina especializada en la detección de estos venenos «que viene dando resultados muy eficaces en esta lucha».