Gente de aquí | Matemáticas, inglés y Código Penal
De veredicto, un sobresaliente
Alumnos del colegio Virgen Blanca recrean un juicio basado en un hecho real y someten después a un completo interrogatorio sobre temas actuales al juez decano de León, Suárez-Quiñones
«¿Hay casos de corrupción en la Justicia?». «¿Por qué tardan tanto las sentencias después de los juicios?». «¿Qué penas se imponen por agresiones a los profesores?». «¿Cómo se juzga a una persona que ha cometido un delito siendo menor de edad y ahora es adulto?». «¿Se puede juzgar dos veces a una persona por un mismo delito?». «¿Para qué se imponen penas de 25.000 años de cárcel a algunos presos si luego no cumplen más que unos pocos años?». «¿Qué opinas de la pena de muerte?». Al juez decano de León, Juan Carlos Suárez-Quiñones le tocó cambiar los papeles por un día, y recibió un aluvión de preguntas de los alumnos del colegio Virgen Blanca de la capital, donde el «interrogador interrogado» presidió primero la recreación de un juicio contra dos alumnos de un instituto por agresión a una profesora, basado en un hecho real. Fue tras la proyección de un video titulado Educando en Justicia editado por el Consejo General del Poder Judicial, para dar a conocer a los escolares del país el funcionamiento de un proceso penal. Los propios alumnos interpretaron los papeles del secretario judicial, el fiscal, el abogado defensor, los testigos, la víctima e incluso el funcionario «ahora que estamos inmersos en una huelga que mantiene la actividad casi paralizada». Por vocación Tras imponer a los procesados 120 horas de trabajos para la comunidad por faltas de maltrato, amenazas e insultos, Suárez-Quiñones confesó que de niño no pensaba ser juez «pero surgió la vocación y esta profesión requiere mucha». Y recordó que la justicia de las películas no tiene demasiado que ver con la realidad, que a excepción del juez Estevill, apenas hay casos que avergüencen a la magistratura en la actualidad, que hay sectores que consideran demasiado blanda la Ley del Menor y que la independencia del poder judicial está fuera de toda duda. Rechazó que los medios de comunicación puedan influir en las decisiones de los jueces «aunque a veces presionan» y aclaró conceptos: «Una persona puede ser condenada a 25.000 años de prisión y sólo cumplir 40, porque la suma de sus penas así lo certifica y porque nuestro sistema penal prohibe que nadie esté en la cárcel más de 40 años». Para el cierre el coloquio, quedó la pregunta de ingenio: «Ya que nosotros somos estudiantes, nos puede decir qué técnica aplicó para aprender tantas leyes?». La respuesta estuvo a la altura de las circunstancias: «La norma más básica de todas, la ilusión y la dedicación».