El tema de la eutanasia se reaviva en Francia y el Gobierno plantea revisar la ley de cuidados paliativos | Crónica | Promoción de calidad |
Los investigadores desconocen cuálfue la causa de la muerte de SebiréSupermercados de lasalud
El fiscal de Dijon, señaló que aún no es seguro que se vaya a practicar la autopsia a la fallecida Los h
El fiscal de Dijon, Jean-Pierre Alacchi, afirmó ayer que está aún por determinarse la causa del fallecimiento de Chantal Sébire, la mujer afectada por una dolorosa enfermedad incurable y a quien la justicia había negado la eutanasia, que apareció muerta ayer en su domicilio. Alacchi declaró a los medios locales que el cadáver de Sébire no presentaba elementos que pudieran indicar cual fue la causa de la muerte, al tiempo que señaló que continúa la investigación. Sin embargo, el fiscal dijo que no es seguro que se vaya a practicar la autopsia. El cuerpo sin vida de la mujer fue descubierto el miércoles, por su hija, indicó el fiscal, que agregó que se desconoce si ésta acompañaba a su madre en el momento de morir. Afectada por un tumor nasal que le provocaba «atroces» dolores y deformaba su rostro, Sébire, maestra de 52 años y madre de tres hijos, murió el miércolesr, dos días después de que la justicia francesa denegara su petición de que se le aplicara la eutanasia activa. Su lucha por una muerte digna ha reavivado en Francia el debate sobre la eutanasia y ha provocado que el Gobierno ordene una misión parlamentaria para revisar la ley de 2005 sobre cuidados paliativos. Varios miembros del Ejecutivo se han mostrado favorables a introducir la posibilidad de establecer excepciones a esta norma que impide la aplicación de la eutanasia activa. Votada por unanimidad de los parlamentarios en 2005, la ley permite a los doctores medicar a un paciente hasta que entre en estado de coma y aguardar en esa situación la muerte. Una solución que rechazó Sébire, quien quería una muerte más rápida, rodeada de sus allegados. La secretaria de Estado de la Familia, Nadine Morano abogó por la creación de una comisión nacional de excepción que estudie la aplicación de la eutanasia activa en ciertos casos particulares, como el de Sébire. El portavoz del Gobierno, Luc Chatel, señaló que se estudiarán cambios en la ley, pero que éstos no deben introducirse con urgencia. Los hospitales del Reino Unido podrán en el futuro hacer publicidad e incluso buscar el patrocinio de empresas privadas, según un nuevo plan que acaba de publicar el Gobierno laborista británico. De acuerdo con ese plan, los hospitales podrán hacer campañas de promoción de la calidad de los servicios que prestan y de y sus logros, por ejemplo, en la lucha contra los bacilos hospitalarios, aunque tendrán que respetar un código de buenas prácticas. También podrán firmar acuerdos con el sector privado siempre y cuando las empresas en cuestión no estén relacionadas con substancias perjudiciales para la salud- caso, por ejemplo, de las tabaqueras o los fabricantes de bebidas alcohólicas- con el juego o con otras actividades similares. A partir del 1 de abril, cualquier paciente que deba someterse a una operación que no sea de urgencia podrá elegir entre todos los hospitales aprobados por el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas inglesas). Para captar más pacientes, los hospitales podrán firmar acuerdos de patrocinio, por ejemplo, con gimnasios y centros similares, si bien el código prohíbe participar en esos acuerdos a empresas que vayan a obtener de los mismos «ventajas comerciales». Así, por ejemplo, explicaba ayer el diario The Times , un fabricante de preservativos no podría patrocinar una campaña de salud sexual conjuntamente con un hospital. Tampoco es probable que vaya a permitirse a un fabricante de artículos deportivos como Nike patrocinar un programa de salud y bienestar físico, pero sí, por ejemplo, una campaña de promoción de los servicios de maternidad o cirugía cerebral del hospital. El nuevo código no fija un límite al dinero que los hospitales podrán gastarse en publicidad aunque tendrán que citar esas cifras en sus informes anuales. Así, por ejemplo, en él se advierte de que «el costo de poner anuncios en televisión o en las salas de cine difícilmente podrá justificarse». Los hospitales no podrán, por otro lado, desacreditar a sus rivales a la hora de hacerse publicidad aunque se les permitirá publicar cifras comparativas que «no sean engañosas». También podrán los hospitales enviar publicidad directamente a sus pacientes aunque se especifica que la misma «no deberá causar miedo o preocupación injustificada» en los enfermos. Hasta ahora, los médicos de cabecera británicos no parecen demasiado entusiasmados con la posibilidad que se les ofrece a sus pacientes de elegir entre los distintos hospitales, y el Gobierno proyecta una campaña en prensa y radio para concienciar a esos profesionales sobre las supuestas ventajas del sistema. El Colegio Británico de Médicos advierte que ese nuevo plan puede contribuir a desestabilizar los servicios existentes. Según el presidente de su comité aunque la mayoría de los pacientes terminará eligiendo el hospital local porque es el más próximo, existe el peligro de que, si optan por otro, puedan acabar restringiéndose ciertos servicios locales por insuficiente financiación».