Cosas de aquí | De fierros y fuelles
El molinero se va con la herrera...
Tras «Molinos tradicionales», mañana llega a manos de los lectores del Diario el segundo libro de la Biblioteca Leonesa de Tradiciones, «Ferrerías y fraguas», de José A. Balboa
Dos «tecnologías» fueron indispensables durante siglos en los pueblos leoneses: el molino y la fragua. Y si la pasada semana el Diario entregó el libro Molinos tradicionales , mañana llega el segundo volumen de la gran Biblioteca Leonesa de Tradiciones, Ferrerías y fraguas , a cargo del historiador, profesor y columnista de este periódico José Antonio Balboa de Paz. El libro se entrega al precio simbólico de 1,80 euros más el Diario. Y es que los herreros, como escribe este investigador berciano, «fueron imprescindibles en la economía rural del pasado, pero las ferrerías quedaron circunscritas a aquellos lugares que poseían mineral de hierro, agua para mover las ruedas que accionan mazos y barquines, y carbón vegetal. En la provincia de León puede rastrearse desde la Edad Media la existencia de una importante actividad siderúrgica en numerosas ferrerías. Éstas suministraron el hierro que abastecía las fraguas de centenares de herreros leoneses». Así pues, este libro explica y detalla en profundidad no sólo cómo funcionaban las fraguas de nuestros pueblos y aldeas, sino que explora las raíces históricas de esta actividad tan ligada a nuestras comunidades rurales. Desde míticas ferrerías como la de Compludo, casi intacta desde el siglo XVI, hasta otros interesantes restos de la comarca berciana pasando por los últimos herreros -llamados también tradicionalmente ferreros , ferreiros - de León (como José Ares, de Valdespino de Somoza), pasando por los grandes complejos fabriles del luego malogrado boom del carbón leonés, todo ello lo repasa José Antonio Balboa de Paz acompañado de fotografías, dibujos, planos y croquis. Un mundo, el de la transformación del hierro, rodeado de un halo mágico y de no poco folclore y picardía. Ya se sabe que el molinero se va con la herrera y viceversa, y que el herrero machaca los clavos y la molinera se los iba dando...