Gente de aquí | Entrenamiento en salvar vidas
Del noble oficio del rescate
Unidades del Greim recrean en San Isidro un ejercicio de salvamento en alta montaña, parte de su preparación para intervenir en situaciones de riesgo extremo
La Guardia Civil de Montaña emplea los simulacros para salir airosa en la realidad. Recrea situaciones de riesgo como entrenamiento extremo. El oficio del rescate exige una preparación continua. El ejercicio de ayer situó el escenario en un paraje de la estación de San Isidro, a dos mil metros de altitud. Mediodía, un gentío sobre esquíes, un alud, cuatro personas sepultadas. Entra el Greim a la zona del siniestro; agentes, perros adiestrados en localizar vida bajo un mar de nieve. Hay angustia. Y con la angustia, el estrés. «Así es nuestro trabajo, envuelto en la angustia que deriva de tratar de rescatar a personas de la muerte». El ejercicio operativo, en el que participan una treintena de agentes y personal de la estación leonesa, se fija retos: las señales de arva (un dispositivo detector de víctimas de avalancha, que emite y recibe impulsos), salva la vida a dos de las víctimas ficticias. Seis agentes del Greim pendiente arriba, sobre nieve y desniveles en los que a cualquier mortal le cuesta ponerse en pie. Ellos corren, y con el herido en camilla. El helicóptero vuelve a escena. Los perros adiestrados toman el relevo: «Una persona atrapada por la avalancha emite partículas que el perro detecta; en eso se basa su adiestramiento», aclara el teniente Germán sobre la suerte que a veces cambia para las víctimas cuando se cruza un perro en su rescate. Si el can se queda sin estímulos, plan C: «Toca buscar con la técnica del sondeo», describe el mando del Greim. Así se prepara el operativo, que a lo largo del 2007 intervino en León en 22 rescates como el que ayer simuló. 4 este año, concretó Francisco Álvarez, subdelegado del Gobierno, que supervisó el ejercicio junto al general Pedro Laguna.