Las ciudades de León y de Castilla

CASTILLA Y LEÓN es una red de ciudades, como todas las regiones de España, como todas las tierras de Europa, y como todas las partes del mundo. Pero estamos en Castilla y en León; en su rango. ¿Cuántas ciudades tiene? Parece ser que doce. Las nueve capitales de provincia y tres urbes más. Una de ellas, Ponferrada, con mayor población que Soria, Ávila y Segovia, aunque ésta va a tomarse pronto la revancha vía AVE. Las otras dos ciudades están en la provincia de Burgos: una al norte filo-vasco, que es Miranda, y otra al sur vinatero-industrial, que es Aranda. ¿Hay más ciudades? Uno mira el mapa y cree que no. Porque San Andrés del Rabanedo, que es ciudad, pertenece al "hinterland" leonés, al que cabe agregarla. En cuanto a Béjar, Benavente o Medina del Campo, tienen una dimensión algo menor. De modo que hablemos de esas doce ciudades. ¿Están en red entre ellas? Muy poco, la verdad, o nada. Y eso es un error grande, porque si esas doce ciudades no se conectan más entre sí, no se reconocen, entienden, reúnen, son, están, viven, etc. no existe una comunidad de Castilla y León en la realidad. Existe sobre el papel tan solo, y yo soy de aquellos que entienden razonable su existencia. Vayamos jubilosos a esa red de ciudades. Y vayamos al hoy, al ahora, y no al recital de trébedes y refranes que tanto gusta a los lidercillos provincialistas. Vivamos el hoy, y no lo vivamos solo en clave etnográfica. O de la veneranda abuela. Vivamos el hoy porque hoy sucede el hoy. Hoy no sucede el año 1915. O el tío Ambrosio con su oxidada carabina. Las cuatro ciudades leonesas y las ocho castellanas tienen, con sus áreas metropolitanas, en torno a 1.400.000 habitantes, y eso es bastante más de la mitad de la población. En esas ciudades están los centros administrativos, las universidades, los polígonos industriales más relevantes, los medios de comunicación, y, por así decirlo, la masa crítica de nuestra comunidad. Y es urgente fortalecer esa red. Es preciso que los sociólogos, los que saben de geopolítica, y también los creadores -que sin ellos no hay profundidad ni encanto- articulen esa malla. Porque el mundo actual es eso: ciudades. Más que estados-nación, cada día más obsoletos. Ciudades. Donde está la cultura, los puestos de trabajo, la libertad, la vanguardia. Donde se encuentran y armonizan, se enfadan y se reconcilian lo público y lo privado. Y dicho sea todo ello con absoluto respeto hacia las urbes más pequeñas, villas, pueblos, aldeas, anteiglesias y otros asentamientos. Y muy en particular hacia las ciudades históricas y bellísimas del reino de León, como Astorga, Toro o Ciudad Rodrigo. Y las de Castilla. Los políticos tienen la palabra. Y también esos políticos necios que fomentan la separación entre castellanos y leoneses. Es imposible que la red de Castilla y León pueda funcionar cuando entre León y Valladolid existe tal cúmulo de calamidades, ficciones, chulerías y victimismos. Y en esto también tendrá que decir algo Zapatero, leonés que nació en Valladolid. Sin olvidar que los nuevos portavoces de los dos grandes partidos políticos españoles en el Congreso han nacido en esas ciudades. Soraya en Valladolid; y Alonso en León. Que sirva de algo ello, oye. ¿Y Ponferrada? Es la ciudad más excéntrica de la red, y por eso debe integrarse en ella con gran ilusión y protagonismo. Y no ver a Soria, por ejemplo, como si fuera Kandahar. Y a la viceversa. Ponferrada debe estrechar sus relaciones con las ciudades gallegas del interior -Ourense y Lugo-, también con las tres capitales asturianas sin duda, pero sin olvidar que forma parte de Castilla y de León. Y luego la red sigue. Porque desde Soria se llega mejor a Pamplona; y desde Burgos al País Vasco; y desde Zamora al norte de Portugal¿