¿Agua con gas o sin gas?

BARCELONA corre el riesgo de quedarse sin agua mientras sus ¿gobernantes? se tiran los trastos a la cabeza siguiendo un guión verdaderamente surrealista, que ya supera al de los trenes de Cercanías y la atropellada llegada del AVE madrileño. Por un lado, la Generalitat abandera un trasvase del río Segre al que se opone su Gobierno «amigo» de Madrid. Por otro, ERC se opone frontalmente al trasvase del Segre y pide al Govern del que forma parte junto al PSC e ICV-EUiA que descarte esa opción. Aunque por caminos bien distintos, ya que ERC lo hace desde una posición independentista y ecologista, republicanos y socialistas de Madrid le hacen la pinza a Montilla, cuyo aparato político fue clave en la reciente victoria electoral de Zapatero. Para redondear la cosa, el periodista y académico Luis María Ansón revela que Mariano Rajoy -se supone que bromeando- preguntó si los catalanes quieren agua con gas o sin gas. Sobre Cataluña parece haber caído una extraña maldición política que tiene pocas trazas de desaparecer. Hasta ahora, los jaleos afectaban a la vida interior de los partidos, inmersos en sesudos debates que a lo sumo llegaban a la gente a través de leyes marco como la del Estatuto de Autonomía. Ahora, los disparates siguen y ya ponen en riesgo las cosas de comer, mientras los catalanes siguen poniendo los votos para que gobierne Rodríguez Zapatero y también continúan aportando sus impuestos para que en España haya solidaridad. Cuesta entender qué es lo que puede estar pasando para que las cosas se hagan tan rematadamente mal en una comunidad como la catalana que durante años y años ha sido el motor económico de España, así como un referente cultural esencial. Incluso el Barça parece contaminado por ese ambiente decadente al que ya toca poner fin. El problema de Cataluña y, especialmente, de Barcelona, no es sólo negativo para los catalanes. A la larga también lo será para el conjunto de España, por mucho que algunos se alegren ahora de los males ajenos. Menos mal que la naturaleza sigue siendo sabia, de modo que las previsiones meteorológicas ya anuncian una semana de lluvias en Cataluña.