Ni vencedores ni vencidos

BUENO, PUES NO. Con todos los respetos me atrevo a proponer una corrección obligada a la frase luminosa del Excelentísimo Señor Don Mariano Fernández Bermejo, Ministro de Justicia, el cual, al cabo de un proceso huelguístico del que no parecíamos capaces de salir, cerró el tránsito con una frase oportuna y hasta genial diríamos si no receláramos de que como todas las grandes frases que se suelen utilizar en política, esta también entraña una cierta dosis de truculencia. Porque, dicho sea con la única licencia que me concedo a mí mismo, en la huelga de la función de aplicación de la Justicia, como en todas las circunstancias análogas, también esta vez, se registran vencedores y vencidos. No hay movimiento reivindicativo expresado huelguístamente en el cual no se produzcan quebrantos análogos a los que se conocen como trances bélicos con sus inevitables vencedores y vencidos. Y esta huelga de los Juzgados, por lo que respecta a León, también ha registrado motivos de reflexión para el mejor entendimiento de la situación social de los diversos grupos laborales, sean éstos de oficio, de profesión o de carrera. En León, por no ir más lejos hemos estado soportando días y días de parada total en centros sociales tan importantes como la Justicia y la Sanidad. Se han producido huelgas que han tenido una duración lo suficientemente prolongada como para asegurar, sin temor a error, que sí que se han producido vencedores y vencidos. Y el hecho de que el señor ministro consiguiera mediante una gestión personal, solucionar en todo o en parte el conflicto no quiere decirse que este feliz término de la pelea, no fuere motivo para que los perjudicados se sintieran malbaratados y nada compensados ni que el Ministerio de Justicia, hubiera alcanzado el más alto grado de estimación cuando alcanzó la victoria de los valientes. En todas las huelgas, sean éstas de obreros de la construcción o de sacristanes conciliadores, siempre, siempre, se han producido vencedores y vencidos. En unos casos de mayor cuantía, pero siempre sensiblemente dolorosos. Y esta vez, en el caso de los Juzgados y de la Justicia también han salido quebrantados los unos y los otros, para extender los motivos de resentimiento a los clientes, a los usuarios, a los ciudadanos obligados a la asistencia a estos centros de Sanidad laboral, los cuales, sin comerlo ni beberlo, sin la esperanza de una solución reparadora por los muchos quebrantos soportados, le sea favorable en algún caso y momento. Aquí, como en todos los movimientos de exigencia social, los que ponen el coraje y soportan las consecuencias son los hombres de la calle. Éstos, se produzca o no resolución del pleito, siempre salen perdiendo. De modo, señor ministro y solicito su perdón por mi atrevimiento, su frase de que en la resolución del movimiento huelguístico de la Justicia no se han producido vencedores ni vencidos, no puede aceptarse rigurosamente como artículo de fe. Sí, señor ministro, también en esta ocasión se han producido vencedores y vencidos¿