Cerrar

Cosas de aquí | Inspiración para un templo

«Toda la obra es cosa de la Virgen»

El arquitecto del Santuario de la Virgen del Camino, el padre Coello, recogió ayer el premio de los colegios del noroeste por la «concepción racionalista» de su obra

El padre Coello recoge su distinción por el santuario de La Virgen

Publicado por
A. Calvo - león
León

Creado:

Actualizado:

«Cuando tenía un problema y no sabía cómo continuar me sentaba en el antiguo santuario y, de este modo, toda la obra del santuario de La Virgen del Camino es de la propia Virgen», comentó ayer el padre Coello, tras recoger el premio que los colegios de León, Castilla del Este, Galicia, Cantabria y Asturias le entregaron para reconocer «la sencillez y la concepción racionalista y espacial» de su obra, que, como comentó el decano del Colegio de Arquitectos de León, Fernando de Andrés, «ha sobrevivido a la modernidad». Con 82 años, Francisco Coello de Portugal, o padre Coello, continúa dedicándose a la arquitectura. Comenzó su andadura profesional en el Santuario de La Virgen del Camino, cuando aún no había concluido el seminario, y desde ese momento no ha dejado de recibir encargos de órdenes religiosas en todo el mundo. El arquitecto, de orígenes jienenses, calificó de «pecado» la destrucción del antiguo santuario de La Virgen, del siglo XVII, del que sólo quedó, a petición del promotor del nuevo templo, Pablo Díez, el retablo sobre el que se levantó la nueva basílica. De su obra en La Virgen del Camino, el padre Coello destacó el simbolismo de la torre del campanario, que se acabó convirtiendo en la última cruz del vía crucis y el hecho de que, definitivamente, «quedara recta, porque mientras trabaja el encofrador parecía que iba a quedar torcida». La iluminación natural del retablo desde las bóvedas del techo y «el zócalo de nogal, para engrandecer y dar mayor amplitud», son otros de los aspectos que el arquitecto del santuario ensalzó. Durante el diseño de la obra, Coello intentó conservar aspectos del antiguo templo, como el pórtico de las «anovenarias» y la tienda de recuerdos, que quedó integrada en el conjunto de la basílica. De aquella época en León, el padre Coello recordó que el promotor del santuario, Pablo Díez, tras recibir una llamada de la Diputación provincial, le pidió que introdujera en el santuario materiales más ricos, porque algunos pensaban que el templo estaba quedando «un poco pobre». «En vez de meter mármoles, decidí apostar por el arte», comentó Coello y así surgieron las aportaciones artísticas de Subirachs y Rafols-Casamada en el santuario de La Virgen del Camino. «Me ha emocionado mucho recoger este premio, porque al principio, cuando comenzaron las obras, muchos leoneses se pusieron en mi contra», añadió el padre Coello, tras recibir, por primera vez desde que terminara el santuario de La Virgen del Camino en 1961, un reconocimiento por su obra en el seminario de los dominicos y en el templo que alberga a la patrona de León. Ayer, todos los arquitectos que asistieron al acto apuntaron que el padre Coello construyó la primera obra moderna de todo León.