Las viviendas españolas ya consumen el 20 por ciento de la energía total

El consumo de energía de las viviendas españolas supone alrededor del 20% del consumo total del país y en los últimos 15 años se observa un crecimiento ascendente y sostenido. Además, España tiene una dependencia energética del exterior superior al 80%, por lo que cualquier medida de ahorro de energía resulta muy beneficiosa, en primer lugar, para la factura energética del consumidor y, en segundo lugar, para la economía del país. En este sentido, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes han presentado la «Guía Práctica de la Energía para la Rehabilitación de Edificios. El Aislamiento, la mejor Solución», una publicación, de la que se ha hecho una primera edición de 5.000 ejemplares, dirigida a presidentes de comunidades de vecinos y administradores de fincas y, en definitiva, a todos los ciudadanos que como usuarios de viviendas, tenemos una percepción del confort en su interior y asumimos el coste que suponga conseguir este bienestar térmico. La puesta en práctica de las medidas propuestas en la guía puede suponer ahorros energéticos, económicos y de emisiones de CO2del 30%, por un menor consumo de energía en las instalaciones térmicas de los edificios. Aislar térmicamente una vivienda consiste en lograr que sus elementos en contacto con el exterior aumenten su resistencia al paso del calor, lo que se consigue incorporando materiales aislantes en muros exteriores, cubiertas, suelos, tabiques y huecos. La idea fundamental que transmite la guía es que «rehabilitar térmicamente un edificio no es tan complicado ni tan caro como en principio pueda parecer y tiene beneficios muy notables. Y aunque no se planifique expresamente, se puede pensar en ella siempre que se haya decidido acometer en el edificio una obra de cualquier otra naturaleza». Seis apartados La rehabilitación de edificios suele asociarse a una necesidad puntual debida a algún problema o deterioro de una parte de los mismos. Sin embargo, las Administraciones están incorporando un nuevo concepto: la rehabilitación térmica. Si hay que rehabilitar, debe hacerse con criterios energéticos. La razón es que más de la mitad de los edificios españoles están construidos sin la protección térmica adecuada, lo que les convierte en auténticos depredadores de energía y suelen ser, además, los que precisan de una rehabilitación por un determinado problema. La información de la guía práctica está estructurada en seis apartados. El primero recoge las condiciones en las que un usuario/propietario de una vivienda puede o debe plantearse la rehabilitación de la misma mediante el aislamiento térmico. El segundo pone de manifiesto los beneficios que aporta al usuario/propietario de la vivienda la rehabilitación gracias al aislamiento térmico. En el tercero se recogen los edificios que pueden ser rehabilitados. En el cuarto se indica cómo realizar la rehabilitación, ya sea en la fachada, en la cubierta o en los suelos. Asimismo trata de la sustitución de los vidrios y ventanas y de otras medidas para el aislamiento de las instalaciones del edificio. En el apartado quinto se incluye información sobre el proceso técnico-administrativo que debe seguir un usuario/propietario cuando decide acometer una rehabilitación térmica. Por último, el apartado sexto ofrece algunos ejemplos, desarrollando un caso práctico y sencillo de una rehabilitación en una vivienda en bloque mediante el aislamiento en su fachada.