De la vaca y la viña en Omaña

Selección de quesos, cecina de León con aceite de oliva, carpaccio de lengua, brocheta de solomillo de vaca con aros de cebolla en tempura, carrillera de ternera con manzana reineta y ciruela pasa y crema de arroz con espuma de fresas. Un monográfico de vacuno desde los quesos al postre. La experiencia de la cocinera Geli Álvarez y la ilusión de la dirección del hotel dieron forma al menú de una nueva serie de las celebradas cenas de los viernes que puntualmente, en tres o cuatro ocasiones al año, organiza el Hotel Pandorado, ubicado en la localidad del mismo nombre, en la Omañana más bella. Y tan sugerente oferta llega esta vez acompañada, con la colaboración de Distribuciones Fasgarón, de una muy bien sugerida selección de vinos leoneses, de las denominaciones de origen Bierzo y Tierra de León. En el punto de partida de este delicioso viaje gastronómico un godello sobre lías de Madai se enfrenta a los quesos en una apuesta un tanto osada de la que sale muy bien parado este blanco de altura. El de los hermanos Daniel y Gonzalo Amigo, que han retomado con mucho cariño el viejo viñedo familiar de Quilós para elaborar en Cacabelos, es uno de los vinos bercianos de nueva generación del que sin duda ha tomarse muy buena nota. Para los demás el reto era más sencillo. Un crianza de prieto picudo Vega Carriegos (Señorío de los Arcos) acompaña a la cecina de con sello de autenticidad y un poco de brillo a base de aceite de calidad, tan asumido como está que ha de ser así en un debate interminable con los puristas. Otro vino de esa bodega, el aclamado rosado para el que Saturnino Núñez ha demostrado tener muy buena mano -y mejor nariz-, se sirve con el carpaccio de lengua, adornado con un toque verde de lechuga y llamativo rojo de granadina fresca. El plato estrella, las brochetas de solomillo, servidas en su punto, se dejan regar con un mencía joven de Cobertizo de Viña Ramiro, una de las grandes bodegas de Valtuille de Abajo. Con el otro vino de Toni Quiroga, el que llena de orgullo a su autor, un crianza de quince meses en excelente barrica, entretiene el último plato, la carrillera, de un menú en esta ocasión más abundante que en otras, aunque siempre suficiente y manifiestamente muy cuidado por la autora. En fin, las jornadas se inician el día 9 y se prolongarán todos los viernes hasta el 27 de junio. Como siempre, la reserva es preceptiva y el precio de la cena, 65 euros por persona, incluye alojamiento y desayuno. El paseo matutino por los alrededores del hotel es opcional, pero absolutamente recomendable.