Existen otras alternativas a las pilas, como el uso de recargables

El principal problema de las pilas es su eliminación. Si se acumulan en los vertederos acaban vertiendo su contenido (mercurio, cadmio, plomo, zinc, manganeso, níquel)contaminando las aguas subterráneas e introduciéndose en la cadena alimentaria. El mercurio, al entrar en contacto con el agua forma una sustancia tóxica (metilmercurio) que puede provocar problemas en el sistema nervioso, fatiga, dolores gastrointestinales y hasta trastornos visuales. Las pilas alcalinas contienen hasta un 0,5% de mercurio, mientras que las de botón, hasta un 30%. En cuanto al cadmio, aunque el organismo humano puede asimilar hasta el 6% de la dosis que absorbe, el resto llega a acumularse en los riñones llegando a producir a largo plazo lesiones irreversibles, además de hipertensión. La intoxicación por plomo puede provocar desde cefaleas y dolores estomacales hasta calambres abdominales, vómitos y elevada presión arterial. Recuerde que los aparatos que funcionan con pilas derrochan gran cantidad de energía, calculándose que la corriente producida por una pila es 450 veces más cara que la que llega a través de la red eléctrica, y que pueden existir alternativas como enchufarlos a la red, utilizar calculadoras solares, juguetes sin pilas o relojes que funcionan con el movimiento de la muñeca. Pero si no queda más remedio que hacer uso de ellas, la mejor opción pasa por las recargables que aunque también contaminan pueden ser utilizadas cientos de veces. Recuerde, además, que no se deben utilizar juntas pilas nuevas y usadas porque se reduce la vida útil de ambas; no deje las pilas al alcance de los niños, y nunca las queme. Y, por supuesto, deposítelas en los contenedores destinados a su recogida.