Sensores, o vehículos submarinos autónomos

Para descifrar y evaluar la biodiversidad de los mares, los científicos utilizan nuevas tecnologías, hasta ahora no empleadas con este fin, como sensores, dispositivos de visualización o vehículos submarinos autónomos que pueden descender a grandes profundidades. Además, cuentan con el buque oceanográfico «G.O.SARS», dotado con equipos de sonar y observación marina de última generación para el seguimiento de grandes especies como ballenas, atunes o tortugas. También se están cartografiando las montañas submarinas, de las que se conoce la existencia de 14.000, porque albergan especies que no existen en otras partes del fondo marino. En el Atlántico Norte y en el Ártico se investigan los ecosistemas quimiosintéticos y se perfeccionan nuevas tecnologías para el seguimiento de las grandes concentraciones de algas mediante el empleo de vehículos submarinos autónomos de inmersión profunda. Por último, el Pacífico Occidental se está realizando un estudio utilizando equipos de buceo con el que se pretende determinar cómo varía la biodiversidad en función de la latitud y analizar cuantitativamente la fauna marina en las zonas próximas a la costa. Los científicos afirman que cuando se rastrea por debajo de los 2.000 metros, más de la mitad de las muestras son desconocidas para la ciencia y calculan queel número de especies que siguen sin ser descubiertas podrían superar el millón.